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Perspectivas electorales 2020

October 28, 2020 By Irizarry

Perspectivas electorales 2020

Es posible que Joe Biden gane las elecciones para la presidencia estadounidense en noviembre. La pregunta entonces es qué sucede si gana Biden. Hay al menos dos tareas que tendrían que asumirse entonces para poder hablar de algún cambio.

La primera tarea es un viejo tema, o al menos es un tema que no se va con su posible victoria electoral. La tarea es confrontar y desmantelar la fascistización en proceso que nos llega y se mantiene como secuela de la crisis del 11 de septiembre del 2001. Irrumpe agresivamente con la implantación del Acta Patriota (Patriot Act, modificada y extendida en varias ocasiones) y todos los desarrollos fortalecidos de lo que hemos llamado un Estado de Seguridad Nacional. Su aspecto más obvio es su aparato hipertrofiado de vigilancia y seguridad. Su consigna es la guerra indefinida e interminable en contra de lo que se designe como terrorismo.

No estamos solos al señalar el peligro de lo policíaco-estatal acrecentado. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) levantó advertencia sobre el proceso desde sus inicios, acuñando la noción de “sociedad de vigilancia” (1). Habla incluso del complejo industrial de vigilancia (2). Aún siendo tímida y comedida como siempre, no deja de señalar en la vigilancia un aspecto muy importante de lo que tendríamos que ver como fascistización. Pero para reconocer la fascistización hay que ir más allá de la vigilancia, aunque esta sea aspecto central, planteando el contexto de la coincidencia de otras características fundamentales. Hay aspectos ideológicos y políticos que se hacen comportamientos y políticas que ocupan lugares indispensables en el proceso (3).

Son muchas las dimensiones complementarias de este proceso que no pueden obviarse. Lo hemos dicho antes, pero aquí está todo sucinto y concentrado:

  • guerras imperiales arbitrarias bajo el pretexto del ataque del 11 de septiembre;
  • la ampliación de intervenciones en el extranjero (no siempre abiertamente militares pero no por ello menos agresivas) bajo el pretexto de la guerra contra el terror, o a favor de lo que se designe en el momento como seguridad nacional;
  • un nacionalismo incrementado con tonos militaristas (lo heroico nacional lleva ahora uniforme y bandera, lo cual se asume como incuestionable);
  • un militarismo incrementado, nacionalista y mucho más agresivo (dentro y fuera del país, y ahí habría que incluir el desplazamiento a favor de las intervenciones llamadas de baja intensidad, informales y ocultadas, que no se pueden identificar fácilmente para que rindan cuentas);
  • la militarización de los comportamientos policíacos;
  • xenofobia exacerbada (en lo étnico, racial y religioso);
  • hostigamiento, persecución y encarcelamiento de los inmigrantes (designados ilegales);
  • un racismo y nacionalismo blanco supremacista agresivo que enarbola abiertamente los símbolos y comportamientos que defendieron la esclavitud y las segregaciones en la historia del país (no solo del Sur);
  • la proliferación de milicias que asumen arbitrariamente el proyecto de defensa del Estado y especialmente de la sociedad blanca
  • una re-activación agresiva de los temas y comportamientos anti socialistas y anticomunistas del periodo de la Guerra Fría (viejo tema preferido de los fascismos históricos, eso del anti-marxismo asignado como difamación y razón de exclusiones);
  • la existencia de tribunales especiales, civiles y militares, y de cortes especiales cuya función es la autorización de la vigilancia;
  • localizaciones especiales extraterritoriales cuya función es la interrogación y hasta la tortura (Guantánamo es solo uno de estos lugares)
  • una movilización permanente de las masas en torno a los temas de la Seguridad Nacional y la Ley y el Orden, el Patriotismo, y la demonización de cualquier oposición que se vea como medianamente amenazante (a cada rato nos recuerdan de las ultimas persecuciones y ejecuciones logradas contra dirigentes de células terroristas, por ejemplo, sean de Al Qaeda, Estado Islámico, u otros)

Hay resistencias y revueltas en contra de las tendencias de fascistización, ante todo contra los racismos reactivados. Ello no quita la fuerza y persistencia de las tendencias fascistas reforzadas. Esas resistencias siguen siendo en ultima instancia dispersas y episódicas. Sus apoyos a cualquier posición antifascista son igualmente dispersos y episódicos.

Hay que reconocer la continuidad entre las Torres Gemelas del 9-11 del 2001 y la Torre de Trump. Se refuerzan mutuamente en su simbología ideológica y política. Son foco de resistencia reaccionaria y autoritaria. Resultan en un refuerzo de nacionalismos y autoritarismos que alimentan y permiten tendencias fascistizantes. Bajo Trump esas tendencias se sienten respaldadas y justificadas. Pero Trump no es la causa, sino a su vez una consecuencia. Trump concentra y amplía su legitimación. Por ello mismo es que no basta con sacar a Trump para detener este proceso.  Hay que desalentar, detener y desmantelar la fascistización que lo ha engendrado como figura central. Es Trump en este caso y ahora, pero habría que preguntarse quién puede ocupar ese lugar si no se desmantela la fascistización.  Ya se habla de la continuación del trumpismo sin Trump. Lo cierto es que no se necesita autoritarismo dictatorial personificado para que ocurra y se desarrolle la fascistización. Es proceso estructural y político, y tiene aspectos de movimiento de masas. La pregunta es si Biden está a la altura de una tarea antifascista.

La segunda tarea es la reorganización de la Corte Suprema. Es inseparable de la primera, aunque tiene presencia y forma distinta y específica. La mayoría conservadora que han establecido los Republicanos en este momento es el logro más importante de la presidencia de Trump. Es duradero (los jueces sirven de por vida) si permanece la situación actual. Ya no se necesita un voto que favorezca el lado conservador o liberal en las decisiones. La mayoría establecida es consecuente y agresivamente conservadora. Los asuntos en juego, tarde o temprano, incluyen el financiamiento del cuidado de la salud, leyes relacionadas a la protección de los derechos de los trabajadores y la protección de los consumidores, el financiamiento de las campañas políticas, las leyes relacionadas con el derecho al voto, la definición misma del matrimonio y la familia, los derechos de la comunidad LGTBQ+. Decisiones que afectarían a la situación del clima también se pueden anticipar. Todo eso viene por ahí. Me dicen si acaso no es parte de las tendencias de fascistización. Cualquier cambio que pretenda traer la presidencia de Biden tiene que pasar por una reorganización y un replanteamiento de la corte, para que al menos haya algún balance frente a los conservadores en estos asuntos cruciales.

Hay varias posibilidades. En primer lugar, se puede ampliar la cantidad de jueces, buscando explícitamente diversidad de posiciones y opiniones. Para ello solo se requiere legislación aprobada por el ejecutivo. Se puede además legislar para exigir mayoría completa en la declaración de cualquier estatuto como inconstitucional. Se puede ampliar y democratizar la selección y nombramiento de los jueces. Se puede limitar el tiempo en el cual se le permite servir a un juez, que actualmente es de por vida (aunque eso requiere enmienda constitucional, es viable hacerlo si se tiene mayoría legislativa con suficiente iniciativa progresista). Ante todo, debe quedar claro y explícito que la rama judicial está tan sujeta a las posiciones y consecuencias políticas como lo están las otras ramas del gobierno, y que eso de la llamada separación de los poderes es más bien una distribución de funciones en la cual los procesos y las luchas políticas (de poder) están siempre presentes. El mito de la trascendencia de la Corte debe quedar, en estos momentos, claramente deshecho, o al menos bastante maltrecho. Cualquiera de estas medidas planteadas, o todas (o alguna otra por concebir), serían urgentes y necesarias en esta coyuntura. De lo contrario, cualquier iniciativa de cambio puede tarde o temprano quedar frustrada o detenida por una Corte Suprema reactiva.

Estas elecciones se anuncian como decisivas en muchos aspectos. Podemos reconocer que el tono y el carácter de lo político y la política estadounidense de este periodo se definen ahí. Hemos señalado las dos tareas principales del momento, si ganase Biden, para emprender algún esbozo de cambio. Que quede claro, sin embargo, que haría falta una mayoría legislativa afín a tales cambios, y la voluntad política de movilizar a la gente a favor de esos cambios. Ello a su vez permitiría iniciativas legislativas que beneficien a la gente, un programa de gobierno que pudiésemos llamar progresista . ¿De dónde saldría el liderazgo para emprender y sostener tales iniciativas? ¿Cómo se logra no ya tan solo definir, sino impulsar y sostener tales cambios?

Lo cierto es que se abre un periodo de luchas necesarias, aunque ganase Biden. Aun más si vuelve a ganar Trump. Y ya veremos si se confronta y socava una posible victoria de Biden, y la medida en que se fortalecen las tendencias autoritarias o aparecen otras aunque confronten etabilidad institucional. Las tareas siguen en su sitio. Ya veremos. Todo es siempre lucha, coyunturas que quedan por reconocer, resolver y si acaso intentar rehacer.

La pandemia actual no es es el problema. En todo caso, plantea preguntas en términos de cómo es que se maneja.

  1. Vean: https://www.aclu.org/other/americas-surveillance-society ; https://www.aclu.org/other/even-bigger-even-weaker-emerging-surveillance-society-where-are-we-now ; https://www.aclu.org/issues/national-security/privacy-and-surveillance
  2. https://www.aclu.org/report/combatting-surveillance-industrial-complex
  3. Podemos señalar además lo que Umberto Eco ha llamado el fascismo eterno, sus catorce características resumidas en un texto conocido (https://ctxt.es/es/20190116/Politica/23898/Umberto-Eco-documento-CTXT-fascismo-nazismo-extrema-derecha.htm) Son características que se exacerban en este momento. Entonces no es asunto de descripción sino de advertencia de un proceso actual. Esas características apuntan a lo que podemos llamar la cultura política de la fascistización. Habría que reconocer entonces el lugar del cambio en la estructura del Estado y su forma. Para plantearse esos cambios hay que comenzar con la obra de Nicos Poulantzas, sobre fascismo y dictadura, y el Estado capitalista actual (http://www.iunma.edu.ar/doc/MB/lic_historia_mat_bibliografico/Historia%20Contempor%C3%A1nea/6.%20Ciclo%20contra-revolucionario/fascismo-y-dictadura-poulantzas.pdf ; https://www.laondadigital.uy/wp-content/uploads/2015/08/Nicos-Poulantzas-Estado-Poder-y-Socialismo.pdf  )

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Los migrantes centroamericanos como recurso

October 29, 2018 By Irizarry

http://www.jornada.com.mx/2018/10/24/opinion/022a2pol

O sea que detienen a los migrantes supuestamente para que no trabajen en Estados Unidos, pero luego los obligan a trabajar a precios ínfimos.

Este fascismo actualizado, que ahora se acelera de manera mucho más explicita y descarada, no quiere expulsar ni eliminar a los indeseables. No quiere exterminarlos. Prefiere capturarlos. Los marca y los designa, y prefiere retenerlos y mantenerlos trabajando encerrados. La etiqueta de ser ilegal es crimen que no tiene absolución. Se es extranjero permanente, incapaz de ser incluido o aceptado. Es estar en proceso de juicio interminable entre la vida y la muerte, encierro que no acaba.

No es nuevo esto de los centros de detención (1). Sin embargo, es a partir de Bush y Obama que se extiende la privatización de estas funciones estatales (igual que con las prisiones), y es con Trump que se exacerba el proceso, con claras indicaciones de militarización y endurecimiento de la función policiaca. Igual sucede con el nacionalismo racista paranoico, que es reinante.

Recordemos por favor que esto no comienza con Trump. Trump no es causa, sino consecuencia. Hay linea directa entre las Torres Gemelas del 11S y la Torre de Trump, y esa línea es la fascistización del Estado de Seguridad Nacional que se inaugura con el Acta Patriota (Patriot Act). Estos centros de ahora son los nuevos campos de concentración. Que se reconozca eso al menos. Nos rodean, y ese encierro es el nuestro, pero de eso no se habla. Como en una época no tan lejana que se repite …

Los migrantes centroamericanos como recurso

Claudio Lomnitz
El giro a la derecha de Europa y Estados Unidos tiene en su centro a la figura del migrante. La sensación de precariedad o amenaza que puedan sentir las poblaciones nacionales cuando se ven obligadas a convivir o a competir con gente que tiene otras costumbres es hoy un recurso político muy rentable. Por eso la crisis migratoria ha sacudido la política europea desde Italia hasta Reino Unido, desde Suecia hasta Hungría, y han sido las derechas las que han salido ganonas. De hecho, la ordeña política de las crisis migratorias es ya un arte político, del que el presidente de Estados Unidos es todo un maestro: Donald Trump sabe usar las crisis migratorias de manera perfectamente calibrada. El presidente estadunidense entiende perfectamente que las olas migratorias al estilo de la caravana hondureña son oportunidades rentables.

¿Rentables cómo? Veamos. En el pasado mes de junio, el New York Times publicó un reportaje acerca del negocio multimillonario que es hoy el de los centros de detención de migrantes. Algunos de los contratistas que han abierto estos presidios –por ejemplo, MVM Inc y General Dynamics– fueron antes contratistas para el Departamento de la Defensa de Estados Unidos, y tuvieron por años el negocio de mandar guardias privados a Iraq. Otros, como Southwest Key, comenzaron siendo organizaciones de apoyo a los migrantes, y se fueron transformando de a poco en grandes negocios. Así, en el reportaje mencionado, el Times menciona que Juan Sánchez, director de Southwest Key, percibió un sueldo de 770 mil dólares anuales en 2015. No se trata precisamente una compensación que corresponda a un trabajador social. Hoy por hoy, los centros de detención de migrantes en Estados Unidos son grandes negocios.

Así, el Wall Street Journal reportó, por su parte, el pasado julio, que la administración Trump pidió 2.8 mil millones de dólares al Congreso federal para aumentar el número y capacidad presidiaria en los centros de detención, en su presupuesto para 2019. El resultado inmediato de esa petición fue que subió la cotización en bolsa de las acciones de dos de las grandes corporaciones abocadas al “procesamiento” –como dicen en su lenguaje de asepsia burocrática– de los inmigrantes indocumentados. El presidente de una de ellas, CoreCivic, declaró al Wall Street Journal que 2018 iba a ser el mejor de los pasados 10 años, lo que es un dato nada despreciable, dados los elevados números de deportados procesados bajo el presidente Obama.

En 2016, todavía bajo el presidente Obama, hubo una investigación acerca de los centros privados de detención de migrantes, donde se encontró que eran bastante más peligrosos que los centros de detención públicos. Sin embargo, el gobierno de Trump no ha hecho sino aumentar el uso de centros de detención privados. ¿Por qué? Hay muy buenas razones para ello. Así, dos de las mayores compañías del negocio, CoreCivic y Geo, pusieron contribuciones de 250 mil dólares cada una tan sólo para el festejo de la inauguración de Donald Trump. Geo, por su parte, patrocina los hoteles de Trump en Florida, realizando ahí sus conferencias y congresos. En resumen, la situación es la siguiente: los impuestos del pueblo estadunidense van a parar a manos de una serie de corporaciones privadas, que luego financian las campañas de Trump, y patrocinan sus negocios y los de sus aliados políticos.

Y la rentabilidad política y económica de la migración ilegal tampoco termina ahí. Muchos centros de detención son ubicados en regiones económicamente deprimidas, por ejemplo en la de Río Grande Valley, en el sureste texano, por ejemplo, y ofrecen fuentes de empleo que ayudan a consolidar las bases políticas del movimiento trumpista. Además, hay demandas judiciales que acusan a algunos centros de detención de utilizar mano de obra forzada, o pagada muy por debajo del salario mínimo, de los migrantes detenidos. O sea que detienen a los migrantes supuestamente para que no trabajen en Estados Unidos, pero luego los obligan a trabajar a precios ínfimos.

Por último, está el uso propiamente político-electoral de las crisis migratorias como la actual, que Trump está aprovechando muy bien para volver a izar su propaganda en pro de construir el muro entre Estados Unidos y México, eso a menos de 15 días de las elecciones para el Congreso. De modo que la caravana hondureña contribuirá a fortalecer las candidaturas republicanas al Congreso en una elección políticamente clave, en la que los demócratas tienen por fin alguna posibilidad de arrancarle el control de la Cámara de Diputados a los republicanos. En esta coyuntura, la crisis migratoria fortalece a los republicanos. Además, si los republicanos llegaran a volver a ganar ambas cámaras en la elección de noviembre, le deberán su triunfo Trump, de nueva cuenta, y estarán poco menos que obligados apoyarlo, ahora sí, en su plan ridículamente inútil, pero sumamente lucrativo, de construir su famoso muro a lo largo de la frontera con México.

Hoy México está metido en medio de esta crisis y difícilmente se podrá sustraer de ella. Andrés Manuel López Obrador tiene razón cuando hace un llamado para invertir en Centroamérica, y para ayudar a que Honduras, El Salvador, Guatemala, e incipientemente, también Nicaragua, queden fortalecidos, pero esos son planes a mediano plazo, y lo de ahora acontece en la lógica y los tiempos comprimidos de una crisis. Para la otra –que seguramente vendrá– habrá que saber prever una situación que se resume así: las crisis migratorias son intrínsicamente rentables para la cúpula económica y política que se cobija bajo la marca del trumpismo.

(1) Define la historia de este país, pero no basta con inventario formal. Hay que ver la coyuntura que sobredetermina esa historia Vean, para un recuento y alguna implicaciones, por ejemplo: https://www.freedomforimmigrants.org/detention-timeline/ y https://www.npr.org/2018/06/29/624789871/president-trumps-new-plan-isnt-to-separate-migrant-families-but-to-lock-them-up

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Google sabe todo de ti

February 8, 2016 By Irizarry

Hoy día el sistema panóptico se ha reforzado con una particularidad nueva en relación con las anteriores sociedades de control que confinaban a las personas consideradas antisociales, marginales, rebeldes o enemigas en lugares de privación de libertad cerrados: prisiones, reformatorios, manicomios, asilos, campos de concentración… Sin embargo, nuestras sociedades contemporáneas de control dejan en libertad aparente a los sospechosos (o sea, a todos los ciudadanos), aunque los mantienen bajo vigilancia electrónica permanente. La contención digital ha sucedido a la contención física.

Todo cierto y bien planetado, pero no basta con hablar de la vigilancia, de lo policíaco, o del control como forma de sociedad. La vigilancia no es sino parte de un ensamblaje mucho más amplio y endurecido que sale a flote como aspecto principal y reinante desde el 11S estadounidense, con al aval de las leyes de emergencias permanentes inauguradas por el Acta Patriótica. Hay que hablar de la proliferación agresiva y en primera persona de un nacionalismo militarista, de la movilización permanente de las masas mediante los temas de la llamada seguridad nacional y las supuestas amenazas que justifican las guerras permanentes en contra de lo denominado terrorista (guerras tradicionales y de espectro amplio, o de cuarta generación, oportunidades en las geopolíticas de las crisis imperiales). Hay que plantear un proceso de aceptación de esos autoritarismos que los ven como protección deseada. Eso es el aspecto dominante que abre las puertas a la normalización de las excepciones en contra de derechos civiles y constituconales, que permite la promoción y aceptación de la vigilancia, del panóptico extendido con las tecnologías actuales que se siguen desarrollando bajo el amparo de las alianzas empresariales con lo Estatal. En ese contexto hay que hablar de fascistización neoliberal (es lo actualizado). Tiene todo esto además desarrollos extremistas con apoyo de masas que recuperan los discursos estridentes de los fascismos históricos: racismo explícito renovado, exclusiones étnicas y religiosas, la misoginia como planteamiento político acetable, la xenofobia, los reclamos de la tortura como método necesario contra los enemigos posibles (y eso es lo retroactivo que persiste). Todo ello se ha hecho posible por los senderos autoritarios que nos definen desde al menos el 11S.

No basta tampoco hablar -como ahora parece estar de moda- de un Estado “profundo” (deep state) como eje de los procesos políticos (1) que concentra el control del poder en unas pocas manos fuera del alcance de la ciudadanía. Ese proceso viene desde hace rato, pero es ahora que se hace obvio, en el régimen de las excepciones normalizadas. La crítica jurídica ya se ha hecho en contra de la vigilancia y de las expropiaciones políticas que persisten (que se vea lo hecho por la Unión Americana de Libertades Civiles, ACLU por sus siglas en inglés). Es proceso entrampado por los aparatos judiciales. Hay que buscar abrir otras puertas que incluyan la confrontación de los controles corporativos y las jerarquías políticas que permiten y avalan lo que sigue sucediendo. Se vive actualmente una crisis de representación en la cual lo que en otro momento fungía como centro se deshace y se vacía en polos opuestos. Esto es crisis política. El sistema panóptico ha de vigilar más. Hay que ver qué se hace con eso, cómo se sale de ello.

(1) vean por ejemplo los comentarios de Bill Moyers, entre otros: http://billmoyers.com/2014/02/21/anatomy-of-the-deep-state/

http://www.jornada.unam.mx/2016/02/06/opinion/018a1mun

Google sabe todo de ti

Ignacio Ramonet *

En nuestra vida cotidiana dejamos constantemente rastros que entregan nuestra identidad, dejan ver nuestras relaciones, reconstruyen nuestros desplazamientos, identifican nuestras ideas, desvelan nuestros gustos, nuestras elecciones y nuestras pasiones. Incluso, las más secretas. A lo largo del planeta múltiples redes de control masivo no paran de vigilarnos. En todas partes, alguien nos observa a través de nuevas cerraduras digitales. El desarrollo del Internet de las cosas (Internet of things) y la proliferación de aparatos conectados multiplican la cantidad de chivatos de todo tipo que nos cercan. En Estados Unidos, por ejemplo, la empresa de electrónica Vizio, instalada en Irvine, California, principal fabricante de televisores inteligentes conectados a Internet, ha revelado recientemente que sus televisores espiaban a los usuarios por medio de tecnologías incorporadas en el aparato.

Los televisores graban todo lo que los espectadores consumen en materia de programas audiovisuales, tanto los programas de las cadenas por cable como DVD, paquetes de acceso a Internet o consolas de videojuegos. Por tanto, Vizio puede saber todo sobre las selecciones que sus clientes prefieren en materia de ocio audiovisual. Y, consecuentemente, puede vender esa información a empresas publicitarias que, gracias al análisis de los datos acopiados, conocerán con precisión los gustos de los usuarios y estarán en mejor situación para tenerlos en el punto de mira.

Esta no es, en sí misma, una estrategia diferente de la que, por ejemplo, Facebook y Google utilizan habitualmente para conocer a los internautas y ofrecerles publicidad adaptada a sus supuestos gustos. Recordemos que en la novela de Orwell, 1984, los televisores –obligatorios en cada domicilio– ven a través de la pantalla lo que hace la gente (“¡Ahora podemos veros!”). Y la pregunta que plantea hoy la existencia de aparatos tipo Vizio es saber si estamos dispuestos a aceptar que nuestro televisor nos espíe.

Si lo juzgamos por la denuncia interpuesta en agosto de 2015 por el diputado californiano Mike Gatto contra la empresa sudcoreana Samsung, parece que no. La compañía era acusada de equipar sus nuevos televisores con un micro oculto, capaz de grabar las conversaciones de los telespectadores sin que éstos lo supieran y transmitirlas a terceros… Mike Gatto, quien preside la Comisión de Protección del Consumidor y de la Vida Privada del Congreso de California, presentó incluso una iniciativa de ley para prohibir que los televisores pudieran espiar a la gente.

Por el contrario, Jim Dempsey, director del centro Derecho y Tecnologías, de la Universidad de California en Berkeley, piensa que los televisores chivatos van a proliferar: “La tecnología permitirá analizar los comportamientos de la gente. Y esto no sólo interesará a los anunciantes. También podría permitir la realización de evaluaciones sicológicas o culturales que, por ejemplo, interesarán también a las compañías de seguros”. Sobre todo teniendo en cuenta que las empresas de recursos humanos y de trabajo temporal ya utilizan sistemas de análisis de voz para establecer un diagnóstico sicológico inmediato de las personas que les llaman por teléfono en busca de empleo.

Repartidos un poco por todas partes, los detectores de nuestros actos y gestos abundan alrededor de nosotros; incluso, como acabamos de ver, en nuestro televisor: sensores que registran la velocidad de nuestros desplazamientos o itinerarios; tecnologías de reconocimiento facial que memorizan la impronta de nuestro rostro y crean, sin que lo sepamos, bases de datos biométricos de cada uno de nosotros. Por no hablar de los nuevos chips de identificación por radiofrecuencia (Rfid), que descubren automáticamente nuestro perfil de consumidor, como hacen ya las “tarjetas de fidelidad” que generosamente ofrecen la mayoría de los grandes supermercados (Carrefour, Alcampo, Erozki) y marcas (FNAC, Corte Inglés).

Ya no estamos solos frente a la pantalla de nuestro ordenador. ¿Quién ignora a estas alturas que son examinados y filtrados los mensajes electrónicos, las consultas en la red, los intercambios en las redes sociales? Cada clic, cada uso del teléfono, cada utilización de la tarjeta de crédito y cada navegación en Internet suministra excelentes informaciones sobre cada uno de nosotros, que se apresura a analizar un imperio en la sombra al servicio de corporaciones comerciales, empresas publicitarias, entidades financieras, partidos políticos y autoridades gubernamentales.

El necesario equilibrio entre libertad y seguridad corre, por tanto, el peligro de romperse. En la película de Michael Radford, 1984, basada en la novela de George Orwell, el presidente supremo, llamado Big Brother, define así su doctrina: “La guerra no tiene por objetivo ser ganada, su objetivo es continuar”, y “la guerra la hacen los dirigentes contra sus propios ciudadanos y tiene por objeto mantener intacta la estructura misma de la sociedad”. Dos principios que, extrañamente, hoy están a la orden del día en nuestras sociedades contemporáneas. Con el pretexto de tratar de proteger al conjunto de la sociedad, las autoridades ven en cada ciudadano un potencial delincuente. La guerra permanente (y necesaria) contra el terrorismo les proporciona una coartada moral impecable y favorece la acumulación de un impresionante arsenal de leyes para proceder al control social integral.

Y más teniendo en cuenta que la crisis económica aviva el descontento social que, aquí o allí, podría adoptar la forma de motines ciudadanos, levantamientos campesinos o revueltas en los suburbios. Más sofisticadas que las porras y las mangueras de las fuerzas del orden, las nuevas armas de vigilancia permiten identificar mejor a los líderes y ponerlos anticipadamente fuera de juego.

“Habrá menos intimidad, menos respeto a la vida privada, pero más seguridad”, nos dicen las autoridades. En nombre de ese imperativo se instala así, a hurtadillas, un régimen securitario al que podemos calificar de “sociedad de control”. En la actualidad el principio del panóptico·se aplica a toda la sociedad. En su libro Surveiller et punir, el filósofo Michel Foucault explica cómo el panopticon (“el ojo que todo lo ve”) es un dispositivo arquitectónico que crea una “sensación de omnisciencia invisible” y permite a los guardianes ver sin ser vistos dentro de una prisión. Los detenidos, expuestos permanentemente a la mirada oculta de los vigilantes, viven con el temor de ser pillados en falta, lo cual les lleva a autodisciplinarse… De ahí podemos deducir que el principio organizador de una sociedad disciplinaria es el siguiente: bajo la presión de una vigilancia ininterrumpida, la gente acaba por modificar su comportamiento. Como afirma Glenn Greenwald: “Las experiencias históricas demuestran que la simple existencia de un sistema de vigilancia a gran escala, sea cual fuere la manera en que se utilice, es suficiente por sí misma para reprimir a los disidentes. Una sociedad consciente de estar permanentemente vigilada se vuelve enseguida dócil y timorata”.

Hoy día el sistema panóptico se ha reforzado con una particularidad nueva en relación con las anteriores sociedades de control que confinaban a las personas consideradas antisociales, marginales, rebeldes o enemigas en lugares de privación de libertad cerrados: prisiones, reformatorios, manicomios, asilos, campos de concentración… Sin embargo, nuestras sociedades contemporáneas de control dejan en libertad aparente a los sospechosos (o sea, a todos los ciudadanos), aunque los mantienen bajo vigilancia electrónica permanente. La contención digital ha sucedido a la contención física.

A veces, esta vigilancia constante también se lleva a cabo con ayuda de chivatos tecnológicos que la gente adquiere libremente: ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, abonos de transporte, tarjetas bancarias inteligentes, tarjetas comerciales de fidelidad, localizadores GPS, etcétera. Por ejemplo, el portal Yahoo!, que consultan regular y voluntariamente unos 800 millones de personas, captura una media de 2 mil 500 rutinas al mes de cada uno de sus usuarios. En cuanto a Google, cuyo número de usuarios sobrepasa los mil millones, dispone de un impresionante número de sensores para espiar el comportamiento de cada usuario: el motor Google Search, por ejemplo, permite saber dónde se encuentra el internauta, lo que busca y en qué momento. El navegador Google Chrome, megachivato, envía directamente a Alphabet (empresa matriz de Google) todo lo que hace el usuario en materia de navegación. Google Analytics elabora estadísticas muy precisas de las consultas de los internautas en la red. Google Plus recoge información complementaria y la mezcla. Gmail analiza la correspondencia intercambiada, lo cual revela mucho sobre el emisor y sus contactos. El servicio DNS (Domain Name System, o Sistema de Nombres de Dominio), de Google, analiza los sitios visitados. YouTube, el servicio de videos más consultado del mundo, que pertenece también a Google y, por tanto, a Alphabet, registra todo lo que hacemos en él. Google Maps identifica el lugar en que nos encontramos, adónde vamos, cuándo y por qué itinerario… AdWords sabe lo que queremos vender o promocionar. Y desde el momento en que encendemos un smartphone con Android, Google sabe inmediatamente dónde estamos y qué estamos haciendo. Nadie nos obliga a recurrir a Google, pero cuando lo hacemos la empresa sabe todo de nosotros. Y, según Julian Assange, inmediatamente informa de ello a las autoridades estadunidenses…

En otras ocasiones, los que espían y rastrean nuestros movimientos son sistemas disimulados o camuflados, semejantes a los radares de carretera, los drones o las cámaras de vigilancia (llamadas también de videoprotección). Este tipo de cámaras ha proliferado tanto que, por ejemplo, en Reino Unido, donde hay más de 4 millones de ellas (una por cada 15 habitantes), un peatón puede ser filmado en Londres hasta 300 veces cada día. Y las cámaras de última generación, como la Gigapan, de altísima definición –más de mil millones de pixeles–, permiten obtener, con una sola fotografía y mediante un vertiginoso zoom dentro de la propia imagen, la ficha biométrica del rostro de cada una de las miles de personas presentes en un estadio, una manifestación o un mitin político .

A pesar de que hay estudios serios que han demostrado la débil eficacia de la videovigilancia en materia de seguridad, esta técnica sigue siendo refrendada por los grandes medios de comunicación. Incluso parte de la opinión pública ha terminado por aceptar la restricción de sus libertades: 63 por ciento de franceses se declaran dispuestos a una “limitación de las libertades individuales en Internet en razón de la lucha contra el terrorismo”.

Ello demuestra que el margen de progreso en materia de sumisión es todavía considerable…
* Ignacio Ramonet acaba de publicar El imperio de la vigilancia, editorial Clave Intelectual, Madrid, 2016.

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La docena trágica

February 17, 2015 By Irizarry

Aunque ya se ha declarado concluida la guerra de Irak en por lo menos dos ocasiones (primero con Bush que proclamó: “misión cumplida”, sólo para multiplicar la presencia de tropas y, más recientemente, por Obama), así como la de Afganistán, el presidente, quien resultó electo en parte por su promesa de poner fin a las guerras, acaba de solicitar la semana pasada al Congreso una nueva autorización bélica para continuar las operaciones militares contra el Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, y contra otras agrupaciones terroristas. Parece que no se cansan de la guerra. […] Si el objetivo del terrorismo es sembrar el terror, la respuesta política se ha basado en fomentar el temor.Con eso, las políticas justificadas por la defensa de las libertades y los derechos han logrado lo opuesto. […] ¿Dónde están los millones que llenaron las calles del mundo hace 12 años?

Lo cierto es que se han cometido errores fundamentales en este periodo de autoritarismos y militarismos acelerados, que despejan el camino a ese abismo. En esa  época de hace ya 12 años también despuntaba la apariencia de un movimiento en contra del neoliberalismo, pero se imposibilitó la coincidencia y fusión de ambas líneas, contra la guerra y contra la globalización neoliberal. Ello hubiese abierto un espacio probable de potencia alternativa, agarrando al toro por sus dos cuernos inseparables. Al contrario, se disolvieron ambos movimentos en iniciativas fragmetarias diluidas en las generalizaciones y ambigüedades políticas de la llamada sociedad civil. (1) Mientras tanto, hemos entrado y permanecido en una época de guerra permanente que se desarrolla y recrudece explícitamente a partir de las oportunidades de las excepciones normalizadas justificadas por el 11S estadounidense. Ello perimitió que el Estado paralelo y oculto fascistizado se hiciera reinante, enarbolando la bandera de un Estado de Seguridad Nacional endurecido.

Hace ya tiempo que estamos en guerras prolongadas e interminables y difusas, asimétricas algunas (2) y otras dentro de las combinaciones posibles de las guerras de generaciones de combate previas que caen más del lado de lo llamado convencional (3), pero todo dentro de la estrategia global de dominación de espectro completo (4) que define el paradigma de dominio imperial al menos desde el 2000. (5)

Ya lo hemos visto muy claramente. No hay salida de esta oscuridad de autoritarismo fascistizado en pleno delirio militarista hasta que se confronten y desmantelen las dos caras del proceso. Por una parte está un neoliberalismo que vive de las crisis sociales, políticas, económicas, militares y geopolíticas que provoca. Por otra parte anda ello de la mano con un proceso de guerras permanentes y diferenciadas que buscan sostener dominio (del espectro completo, dentro y fuera, pues si algo ha logrado esta estrategia es disolver fronteras, y con ello se devuelve lo que se recibe en un conflicto global sostenido e imprevisible). No son casuales esas guerras pues son parte indispensable del escenario Estatal y político general que requiere de enemigos renovados, y son parte además de las anulaciones en proceso en contra de las resistencias (internas y externas, por patriotismo, temor o represiones). No olvidemos que la dominación de espectro completo es también interno a la nación dominante, en la estabilización de los procesos que permiten los despojos y explotaciones. Los millones que llenaron las calles hace 12 años tal vez están en sus casas viendo las guerras por televisión, por las razones que sea, quizás consumiendo la mediación mediática del poder que es esencial para el control completo del espectro de dominio. En el mejor de los casos andan buscando articulaciones posibles en contra de este capitalismo guerrero. Ya veremos.

 

http://www.jornada.unam.mx/2015/02/16/opinion/024o1mun

American Curios
La docena trágica
David Brooks

Hace 12 años este domingo, millones marcharon en cientos de ciudades por todo el planeta contra la inminente guerra en Irak, incluidos cientos de miles en Estados Unidos, en lo que algunos consideran fue la movilización mundial antiguerra más grande en la historia.

Ya se había proclamado la “guerra contra el terrorismo” inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 para defender a la “civilización” de los “salvajes” que “odian” las libertades y los derechos fundamentales. Con ello se amplió el gobierno secreto a dimensiones sin precedente, incluido el espionaje masivo a nivel mundial, así como una persecución de disidentes de estas políticas así como contra medios y periodistas que se atrevían a delatar los abusos de los nuevos poderes asumidos por Washington tanto dentro como fuera de Estados Unidos.

Aunque ya se ha declarado concluida la guerra de Irak en por lo menos dos ocasiones (primero con Bush que proclamó: “misión cumplida”, sólo para multiplicar la presencia de tropas y, más recientemente, por Obama), así como la de Afganistán, el presidente, quien resultó electo en parte por su promesa de poner fin a las guerras, acaba de solicitar la semana pasada al Congreso una nueva autorización bélica para continuar las operaciones militares contra el Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, y contra otras agrupaciones terroristas. Parece que no se cansan de la guerra.

Mientras tanto, las “libertades” y los derechos que Estados Unidos afirma defender con estas guerras han sufrido sus mayores ataques no por “terroristas”, sino por las mismas autoridades.

La lista es larga, pero incluye violaciones de privacidad por el espionaje masivo de las comunicaciones de millones de civiles por todo el planeta, la instalación de un campo de concentración en Guantánamo y el uso de tortura violando los derechos y libertades establecidas por leyes nacionales e internacionales, operaciones encubiertas de asesinatos y secuestros como encarcelación clandestina en varios países, el espionaje policiaco a comunidades musulmanas y agrupaciones pacifistas, e intentos por sofocar la libertad de expresión tanto en las calles como en los medios.

Si el objetivo del terrorismo es sembrar el terror, la respuesta política se ha basado en fomentar el temor.
Con eso, las políticas justificadas por la defensa de las libertades y los derechos han logrado lo opuesto. Los resultados han sido denunciados a lo largo de los últimos 12 años por las principales organizaciones nacionales e internacionales, desde Amnistía Internacional, Human Rights Watch, el Center for Constitutional Rights y el American Civil Liberties Union hasta la Organización de Naciones Unidas.

La semana pasada, Reporteros sin Fronteras emitió su índice anual sobre la libertad de prensa en 180 países, y ubicó a Estados Unidos en el lugar 49, tres lugares más bajo que hace un año. Indicó que Estados Unidos continúa su tendencia a la baja por lo que llama “guerra sobre información” y señala varios casos de periodistas sujetos a persecución legal por el gobierno federal, desde James Risen del New York Times hasta Wikileaks.

De hecho, la organización cita a Risen, quien dice que Estados Unidos “es un Estado orwelliano que se proclama como el más transparente”. Reporteros sin Fronteras denunció que el régimen estadunidense ha usado el pretexto de “seguridad nacional” para suprimir la libertad de información, igual que varios regímenes autoritarios. Fue con ese pretexto, señala, que el gobierno estableció el sistema de vigilancia masiva revelada por Edward Snowden y otros. Recordó que en el gobierno de Obama, por lo menos ocho filtradores de información al público, incluidos Snowden y Chelsea Manning, han sido acusados según la Ley de Espionaje, comparado con un total de sólo tres en todos los gobiernos anteriores, desde que se adoptó esa ley en 1917 (http://index.rsf.org/#!/ )

Leonard Downie, ex director del Washington Post, quien fue uno de sus editores durante el escándalo Watergate, encabezó la investigación del Comité de Protección de Periodistas sobre la libertad de información en este país en 2013, y escribió en su conclusión: “la guerra del gobierno sobre filtraciones y otros esfuerzos para controlar información son los más agresivos que he visto desde el gobierno de Nixon”.

También es cierto que los medios –con notables excepciones– no evitaron caer en la trampa oficial. Dean Baquet, actual director del New York Times y ex director de Los Angeles Times reconoció hace un par de semanas en entrevista con Der Spiegel que esos medios, entre otros, fracasaron en su misión: “después del 11-S la prensa tradicional no fue suficientemente agresiva para hacer las preguntas sobre la decisión de ir a la guerra en Irak, ni para hacer las preguntas difíciles sobre la guerra contra el terror”.

Pero sigue sucediendo. Hace unos cuantos días, en el noticiero local de NBC en Nueva York, una reportera informó sobre la nueva autorización de guerra solicitada por Obama, afirmando que era para enfrentar a grupos que “no valoran para nada la vida humana”. Ese tipo de frase se repite incesantemente, presentado como hecho, no como opinión.

En marzo se cumplirán 12 años de guerras. Entre 135 a 152 mil civiles han muerto sólo en Irak (https://www.iraqbodycount.org ) y millones han sido desplazados, heridos y aterrorizados en varios países atacados en la “guerra contra el terror”. Más de 6 mil 800 militares estadunidenses han muerto en Irak y otros 2 mil 356 en Afganistán, y, según algunos cálculos, 900 mil estadunidenses han sido heridos (al parecer, nadie sabe cuántos civiles muertos o heridos en Afganistán y otros países).

Frente a esto es difícil saber quién valora o no la vida humana, y mucho menos las libertades y derechos por los cuales oficialmente se sacrificó tanta vida humana.

¿Dónde están los millones que llenaron las calles del mundo hace 12 años?

imagen: http://www.a-w-i-p.com

1)  http://www.globalresearch.ca/manufacturing-dissent-the-anti-globalization-movement-is-funded-by-the-corporate-elites/21110: “The objective of the corporate elites has been to fragment the people’s movement into a vast “do it yourself” mosaic. War and globalization are no longer in the forefront of civil society activism. Activism tends to be piecemeal. There is no integrated anti-globalization anti-war movement. The economic crisis is not seen as having a relationship to the US led war.”

2) http://www.geopolitica.ws/media/uploads/aec-ayotzinapa.pdf : ” No hay guerras declaradas. No hay guerras entre equivalentes. Hay corrosiones. Una mancha de violencia que se va extendiendo acompaña al capitalismo de inicios del siglo XXI. Las instituciones de disciplinamiento y seguridad de los Estados han resultado insuficientes frente al altísimo nivel de apropiación-desposesión al que ha llegado el capitalismo. Estas instituciones se replican de manera privada y local tantas veces como sea necesario. ”

3) Lo asimétrico se asocia con la guerra de 4ta generación.Ver, entre otros textos: https://www.mca-marines.org/files/The%20Changing%20Face%20of%20War%20-%20Into%20the%20Fourth%20Generation.pdf

4) http://www.geopolitica.ws/media/uploads/cecena_patria_con_mapas.pdf: “El enemigo identificable o convencional disminuye su status al de amenaza regional y por ahí pasarán Irak, Libia, Irán y Venezuela, cada uno entendido como potencial cabeza de región, así como cualquier tipo de coalición en la que estos participen (ALBA, OPEP, Petrocaribe, etc.). Es siempre un polo articulador de poderes alternativos u hostiles a Estados Unidos y su american way of life convertido en política internacional. Para este enemigo la respuesta es el aislamiento y lademonización, o la aplicación de una fuerza sobredimensionada para destruirlo y, sobre todo, humillarlo. El caso prototipo es el de la operación en Irak.” Sobre el concepto del dominio del espectro completo podemos abundar lo siguiente: “El concepto de dominación de espectro completo ha sido la clave de transformación en el arte de la guerra y orienta sus modalidades prácticas.  Es un concepto complejo que se actualiza mediante la experiencia cotidiana de la guerra en todos sus distintos escenarios y mediante el estudio del comportamiento humano, e incluso del de todas las formas de vida que concurren en cada uno de ellos.” (http://elclarin.cl/web/opinion/politica/11648-los-golpes-de-espectro-completo.html) Los mecanismos y procedimientos privilegiados en tal posición estratégica son el avasallamiento, la simultaneidad y la impunidad (ibid.)

5) Del Departamento de Defensa de los EEUU, el Joint Vision 2020: http://www.fraw.org.uk/files/peace/us_dod_2000.pdf

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US has counterterrorism fatigue

July 25, 2014 By Irizarry

A decade after issuing the official account of the Sept. 11, 2001, attacks on New York and Washington, the former members of the bipartisan 9/11 Commission issued a new report warning that, while the world has changed dramatically, the threat from terrorism remains and has “entered a new and dangerous phase.”

“Many Americans think that the terrorist threat is waning — that, as a country, we can begin turning back to other concerns. They are wrong,” the report said. “The threat remains grave, and the trend lines in many parts of the world are pointing in the wrong direction.”

Una década después del recuento oficial, preocupa que la percepción de la amenaza disminuya y que se desgaste el miedo. Pues entonces hace falta renovar y confirmar la fe a lo católico, con una bofetada en la cara, ¿no? Acto sacramental. Para eso hay al menos dos estrategias en presencia, variaciones del mismo tema. Una es agudizar el traslado del discurso de la vieja guerra fría a la llamada guerra en contra del terror, con nuevas e impensables amenazas indefinidas e infinitas que hacen de la vieja guerra fría  un cuento de niños, pues la nueva guerra justifica abiertamente la normalización de las excepciones estatalistas fascistizadas (controles y vigilancias disparadas) ante un enemigo absoluto e impredecible (pero que conocemos y anticipamos), que trasciende límites nacionales y estatales. Eso irrumpe y se desarrolla descabellado desde el 11S estadounidense, y los libretos reiterados y redundantes han sido magistrales. Eso ya se ha hecho, y ahora hay que hacerlo todo de nuevo, mucho más grave y urgente.

La otra estrategia inmediata y actual es la renovación y relanzamiento de una guerra fría resucitada bajo la sombra del recuerdo de un viejo enemigo actualizado (Rusia) en el contexto de las muy agresivas expansiones neoliberales en Europa oriental, Asia y Latinoamerica (todas esas zonas geopolíticas en las cuales Rusia busca mantener o establecer presencia, y eso es competencia intolerable, fuera de la esfera de lo aceptable). Se añaden ahí los tonos oportunistas de acusaciones hitlerianas. Aunque ya no existe el llamado socialismo real soviético, la referencia al nazismo nos hace sentir bien por aquello de volver a salvar el mundo y los “valores occidentales”. Es el recurso al excepcionalismo estadounidense como discurso ideológico político: son los mejores entre los buenos, incomparables, por lo cual se justifica cualquier barbaridad siempre y cuando sea para salvar esa hegemonía indispensable sin la cual el mundo se deshace. Hay que ver el coro mediático de ahora, pues es lo que se canta a plena voz.

Para eso hay que aumentar la temperatura de lo que ya está caliente. No importan los riesgos bélicos muy reales de ese expansionismo que busca desplazar  y reabsorber las crisis financieras, ni importan los riesgos e inestabilidades de las expropiaciones intolerables. Para eso están la guerra que no acaba y la fascistización del Estado de Seguridad Nacional que se proyecta internacional. Se busca extender y profundizar la aceptación de los miedos que sostienen este simulacro que se hincha, y el espectáculo delirante correspondiente. Lo sorprendente es que se acepta, pero eso es parte de la fascistización.

Y todo este discurso del riesgo viene de los expertos que ya acaparan la mediación mediática de poder. Entonces debe ser verdad. Agitprop le llamaba a todo esto Orwell en su 1984. La pregunta tenebrosa es cual bofetada hace falta ahora para esa confirmación de fe, en esta exasperación neoliberal de lo que a todas luces se vive como amenaza de crisis hegemónica.

La guerra es la paz, la esclavitud es libertad, y la ignorancia es fuerza, decretaba el Hermano Mayor …Y ahora hasta se recomienda en los EUA la militarización directa de cualquier respuesta a las amenazas posibles. ¿Golpe de Estado militar en cámara lenta …? Hay quien habla de una situación post-constitucional en ese país. Hace rato viene, y ya está. Excepciones normalizadas. Fascistización neoliberal.

Y todo esto es entrampamiento. Habría que estar en contra de todo expansionismo neoliberal y en contra de todo juego de dominaciones geopolíticas, por minoritaria y marginada que sea esa posición en estos tiempos de patriotismos extremos. En eso puede que tal vez se llegue a ser anticapitalista (digna y necesaria consigna sería esa) … Pero el problema es que en esta coyuntura ahora -y desde hace rato- se revuelcan demasiados fantasmas que no se han resuelto … Andan todos mezclados y no descansan. La serpiente oscura se muerde la cola y sigue rodando al borde del abismo …

http://america.aljazeera.com/articles/2014/7/22/us-counter-terrorismfatigue.html

US has counterterrorism fatigue
Panel that investigated 9/11 attacks warns of complacency, saying threat has ‘entered a new and dangerous phase’
July 22, 2014 1:02AM ET
After 13 years of struggle, Americans are showing a growing fatigue and waning sense of urgency over terrorism — an attitude that threatens U.S. security, members of the panel that investigated the Sept. 11 attacks said in a report on Tuesday.

A decade after issuing the official account of the Sept. 11, 2001, attacks on New York and Washington, the former members of the bipartisan 9/11 Commission issued a new report warning that, while the world has changed dramatically, the threat from terrorism remains and has “entered a new and dangerous phase.”

“Many Americans think that the terrorist threat is waning — that, as a country, we can begin turning back to other concerns. They are wrong,” the report said. “The threat remains grave, and the trend lines in many parts of the world are pointing in the wrong direction.”

“Al Qaeda-affiliated groups are gaining strength throughout the greater Middle East,” it added. “While the various Al-Qaeda spinoffs are primarily focused on regional conflicts, they hate the United States and will not forgo opportunities to strike at the U.S. homeland.”

The panel, headed by former Republican New Jersey Gov. Thomas Kean and former Democratic Rep. Lee Hamilton, said foreign fighters returning to Europe from Syria and Iraq pose a “grave threat” to the United States and Western Europe.

Of the 10,000 foreign fighters who have traveled to Syria, more than 1,000 hold European passports, which in most cases would enable them to enter the United States without a visa, the panel said. More than 100 U.S. citizens also fought in Syria.

“When these battle-hardened, radicalized fighters return to their home countries, they will pose a serious terrorist threat to both the United States and Europe,” the report said. The group also noted that the 9/11 Commission Report, issued a decade ago, called for reducing the fragmented oversight that resulted in having the Department of Homeland Security report to 88 committees and subcommittees of Congress.

“Incredibly, it has increased to 92,” the report said, noting that “Congress has proved resistant to needed reforms.”

The report said U.S. counterterrorism capabilities have improved significantly since the Sept. 11 attacks and people in government are tracking the evolving threat, “thinking one step ahead in order to prevent the next attack.”

“Our serious concern now is that public fatigue and waning urgency will undermine these accomplishments. We cannot afford that,” the report said. It issued a series of recommendations, including calling on U.S. leaders to give the public detailed information about evolving threats and asking Congress to update its 2001 authorization for the use of military force to improve the administration’s response to threats.

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Internet, “ocupada militarmente por Estados Unidos”: Julian Assange

November 24, 2013 By Irizarry

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, denunció que “Internet ha sido ocupada militarmente por Estados Unidos y sus aliados anglosajones” para dominar a las sociedades y hacerlas perder su “soberanía nacional y libertad”.

Bueno …

La soberanía desde hace rato viene comprometida y reconfigurada bajo las tendencias de la globalización neoliberal, sin que el aparato de Estado nacional pierda su importancia como espacio de mitigaciones y controles de las luchas de clases, ni como eje y filtro de transacciones de los capitales a los cuales les sirve de guardaespaldas y corredor intermediario. Lo político Estatal se ha desplazado en el sentido de procesos y aparatos de gobierno transnacionales, supranacionales y multinacionaes, jeraquizados en los marcos de los poderes diferenciados de las potencias que siguen teniendo disputas y confrontaciones al interior de sus dominaciones (las competencias intra-imperiales) que al mismo tiempo preservan lo Estatal nacional, ante todo en lo jurídico financiero y lo represivo policíaco y militar. En ese proceso largo, las libertades han devenido cada vez más formales y en demasiados casos ilusorias (la democracia como episodios de eventos mediatizados) y buscan reducirse a los marcos de movilizaciones y cooptaciones aceptadas y aceptables en lo Estatal y en lo mediado por lo mediático ¿Que hay luchas persistentes en contra de todo esto? Pues sí, pero están en desventaja atroz … pues en demasiadas ocasiones son variante invertida y reflejo opaco de los procesos oficiales. Lo anticapitalista y lo antiestatal, las líneas que podrían impulsar un gobierno en contra del Estado, brillan por su ausencia.

Lo que se plantea ahora, sin embargo, es otro paso en la estructuración reconcentrada del dominio de lo Estatal, en consonacia con la globalización y fascistización neoliberal en curso. Es la militarización de las informaciones al nivel de un estado de sitio virtual que se constituye en otra excepción normalizada que incrementa lo espeso e impermeable de los poderes reinantes. Golpe de Estado informático, otra ruptura en las continuidades de los poderes, todo hecho explícitamente posible por las nuevas guerras permanentes decretadas a partir del 11S estadounidense, articulaciones añadidas en las madejas de las interacciones entre lo nacional imperial y lo global neoliberal, dos caras de la misma moneda …

Y seguimos … y ya veremos, dijo el ciego … hasta cuándo podemos y queremos aguantar …

 

http://www.jornada.unam.mx/2013/11/24/mundo/018n2mun

La NSA infectó 50 mil redes de computadoras, dice diario holandés
Internet, “ocupada militarmente por Estados Unidos”: Julian Assange

Ap Periódico La Jornada
Domingo 24 de noviembre de 2013, p. 18
Buenos Aires, 23 de noviembre.

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, denunció que “Internet ha sido ocupada militarmente por Estados Unidos y sus aliados anglosajones” para dominar a las sociedades y hacerlas perder su “soberanía nacional y libertad”.

Durante una videoconferencia transmitida en el marco del tercer Encuentro de Comunicación Audiovisual, realizado en Mar del Plata, Argentina, Assange aseguró que “la lucha contra los monopolios de medios es la lucha de una nación”.

De camisa azul a cuadros y visiblemente relajado, el australiano respondió a las preguntas de los asistentes desde la embajada de Ecuador en Londres.
Aseguró: “Un país es tan bueno como los medios de comunicación que tiene”, y advirtió que “la centralización y el control por las mismas personas de la distribución de los diarios les permite realizar controles” a escala mundial.

“Una organización de medios muchas veces es la que domina el entorno de conocimientos del público. Entonces, esto puede implicar un gran problema”, expresó.
Assange se encuentra en la embajada de Ecuador en Londres desde el 19 de junio de 2012. El fundador de Wikileaks solicitó asilo político al gobierno del presidente Rafael Correa, el cual se lo concedió, pero no pudo abandonar la sede diplomática porque Reino Unido se negó a darle un salvoconducto.

En tanto, el diario holandés NRC publicó que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos infectó más de 50 mil redes de computadoras en todo el mundo con un software maligno, diseñado para robar información confidencial, revelan documentos filtrados por el ex contratista de la entidad estadunidense de inteligencia, Edward Snowden.

Una presentación ejecutiva elaborada en 2012 explica cómo la NSA recoge información de todo el mundo mediante una “red informática de explotación”, utilizada en más de 50 mil localidades para la infiltración secreta de los sistemas cibernéticos obtenidos mediante la instalación de programas malignos. Los ataques son realizados por empleados de un departamento especial llamado Tailored Access Operations (TAO).

El diario The Washington Post, basado en un informe sobre el presupuesto secreto de los servicios de inteligencia estadunidenses, anunció en agosto que la NSA puso unos 20 mil “implantes” en 2008 y que realizaba operaciones cibernéticas desde 1998.

En septiembre de 2013 el proveedor de telecomunicaciones Belgacom descubrió que durante varios años el servicio de inteligencia británico instalaba programas de espionaje en sus redes para recolectar los datos telefónicos y de tráfico de sus clientes. Para ese caso, Gran Bretaña utilizó una página falsa en el sitio de contactos profesionales Linkedin para atraer a los empleados de la compañía.

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El viejo vientre inmundo

October 20, 2013 By Irizarry

La xenofobia, el racismo, el antisemitismo, el chauvinismo, la demagogia, el liberalismo extremo, el rechazo a la solidaridad social, a la justicia social, al socialismo, caracterizan a estos movimientos que dicen combatir al gran capital aunque lo sirven y, como Hitler cuando bautizaba “socialista” a su nacionalismo y adoptaba una bandera roja o Mussolini con su República Social, intentan agitar tradicionales banderas de la izquierda para lograr popularidad y practicar una política reaccionaria. […] Estos movimientos reaparecen y prosperan en los momentos de crisis económica y de necesidad de redefiniciones políticas: los años 20 después de la Primera Guerra, enItalia; poco después en la Alemania en crisis […]

Hay que decir más. Lo que reaparece ahora (como eco de las movilizaciones agresivas iniciales de las fascistizaciones históricas) son los brotes y las tendencias actuales de las fascistizaciones retroactivas. Son retroactivas porque en su presencia inmediata retoman los aspectos más obvios de los inicios de aquellas fascistizaciones. Puede que sean un problema para cualquier intento de política institucional de paliativos posibles y pasajeros que busquen hacer del salvajismo neoliberal algo un tanto menos agrio e inaceptable aún desde el mismo neoliberalismo (y eso depende de las resistencias y rechazos que vengan desde abajo, y si acaso de la izquierda). Pero hay que ver su otro efecto: refuerzan la fascistización dominante en proceso, actualizada y acelerada a partir del 11S estadounidense, la que promueve y establece la vigilancia y el control extendidos de la población entera … en nombre de la estabilidad del Estado (en un mundo imaginado repleto de tanto peligro – menos el peligro de la existencia misma de esa forma y proceso Estatal).

Lo interesante y sintomático en todo esto es que el Estado oficialista sigue promoviendo la aceptación mediada de la xenofobia, de los racismos aceptables, de los chauvinismos y demagogias, del liberalismo económico extremo sostenido, del rechazo a las solidaridades sociales (especialmente si irrumpen desde abajo), y todo ello en el contexto de la renovación del los planteamientos de una Guerra Fría (con los enemigos de turno). Es cosa de escuchar, ver  y leer con calma para percibirlo en las mediaciones mediáticas de esos poderes. Habría que añadir el nacionalismo militarista, la militarización de la policía y el encarcelamiento masivo y selectivo como modo y manera de correccion social, todo como trasfondo de tendencias largas que sostienen los brotes de los extremismos retroactivos. Sí, hay revuelta pequeño-burguesa, pero lo más importante es el empuje del gran capital transnacional y la ausencia de resistencias suficientes, sostenidas y viables que tengan como norte un anticapitalismmo y un gobierno en contra del Estado.

La fascistización dominante actual no requiere de íconos reconocidos con la facilidad inmediata de las sedimentaciones de las nociones maestras de la verdad que sostienen a este Estado de Seguridad Nacional. En todo caso usa esos íconos para fortalecerse. ¿Dónde estamos en todo esto? La tendencia actual es internacional, nueva forma de Estado … ¿Quién se opone y lo detiene?

 

 http://www.jornada.unam.mx/2013/10/20/opinion/020a2pol

El viejo vientre inmundo

Guillermo Almeyra

El viejo vientre inmundo de la extrema derecha puede seguir pariendo monstruos, advertía Bertolt Brecht. Ahí están, para probarlo, los neonazis italianos que homenajean al nazi Priebke, quien asesinó a 335 italianos en las Fosas Ardeatinas en Roma; los neonazis griegos de Aurora Dorada; el crecimiento de la extrema derecha en los países nórdicos y en Francia, detrás del Frente Nacional (FN) de Jean-Marie y Marine Le Pen, e incluso el tea party estadunidense. La xenofobia, el racismo, el antisemitismo, el chauvinismo, la demagogia, el liberalismo extremo, el rechazo a la solidaridad social, a la justicia social, al socialismo, caracterizan a estos movimientos que dicen combatir al gran capital aunque lo sirven y, como Hitler cuando bautizaba “socialista” a su nacionalismo y adoptaba una bandera roja o Mussolini con su República Social, intentan agitar tradicionales banderas de la izquierda para lograr popularidad y practicar una política reaccionaria.

Son movimientos con base en las clases medias bajas, conservadoras, aplastadas y condenadas por la política del gran capital financiero, pero que –estimulados por los grandes medios de comunicación– desvían su odio contra el movimiento obrero, los sectores más pobres de la población, como los inmigrantes, los otros (musulmanes, judíos, gitanos) y los “políticos”, no contra sus verdugos.

Estos movimientos reaparecen y prosperan en los momentos de crisis económica y de necesidad de redefiniciones políticas: los años 20 después de la Primera Guerra, enItalia; poco después en la Alemania en crisis; en Francia, España e Inglaterra, Hungría, Rumania, Polonia en los 30; nuevamente en Italia con el Uomo Qualunque de Guglielmo Giannini en 1944-1946, en la inmediata postguerra y cuando había que definir si el país sería monárquico o republicano, de nuevo en Francia con Pierre Poujade en 1953.

Este último, pequeño comerciante (tenía una librería-papelería) formado entre los fascistas franceses de Jacques Doriot y ex militante del régimen racista y fascista de Vichy, colaboracionista con los alemanes hasta que éstos ocuparon toda Francia, llegó a hacer mitines con 200 mil personas y a obtener 11.6 por ciento de los votos y 52 diputados, uno de los cuales fue Jean-Marie Le Pen, ex combatiente en África contra la independencia de las colonias francesas. Poujade soñaba un capitalismo de pequeños y medios comerciantes e industriales, sin extranjeros ni sindicatos ni grandes capitalistas y financistas (para él todos judíos y masones), con un Estado de “orden”. A diferencia del Frente Nacional de Le Pen, que tiene hoy el apoyo de más obreros que todos los partidos “de izquierda” juntos, su movimiento semifascista de masa, antecesor del Frente Nacional lepenista, terminó por disolverse apretado por un lado entre la fuerte resistencia de los trabajadores y la intelectualidad izquierdista y, por el otro, el veloz crecimiento del capitalismo francés en esos años, que le quitó la base de masas.

Marine Le Pen y su FN acaban de derrotar a la alianza de todos los demás partidos de centroderecha y de centroizquierda, en las cantonales en Brignoles en el departamento de Var, una zona conservadora del sur de Francia. Las abstenciones llegaron a 60 por ciento, demostrando que la mayoría no apoyaba a nadie ni creía en ninguno, entre los que votaron el FN sacó el 53 por ciento de los votos (o sea 20 por ciento del electorado potencial). Parte del centroderecha evolucionó hacia el neofascismo, disfrazado para la ocasión de derecha nacionalista “responsable”.

¿Cómo se fabrica el caldo de cultivo de estos movimientos? Gracias al centro y a la seudoizquierda. En los 20, por ejemplo, los conservadores italianos optaron por el fascismo para enfrentar a los obreros y los sindicatos socialistas reformistas se sometieron al gobierno de Mussolini; ya asentado éste, los comunistas dirigidos por Josef Stalin-Palmiro Togliatti creyeron en los 30 que era posible un frente con los “hermanos de camisa negra” contra el gran capital y, unos años después, Stalin hizo el pacto Molotov-Ribbentrop que reforzó a Hitler y a Mussolini. Igualmente el partido comunista alemán había hecho acuerdos con los nazis contra la socialdemocracia que gobernaba Berlín, a la que consideraba el enemigo principal y legitimó así a Hitler.

Al comienzo los comunistas franceses apoyaron a Poujade creyendo poder manipularlo. Además, en el plano ideológico, el nacionalismo y el chauvinismo de los grandes partidos comunistas italiano y francés (el primero con sus reivindicaciones territoriales contra Yugoslavia en Triestre e Istria, el segundo con su huelga contra “el acero alemán” en apoyo de la siderurgia francesa y con la expulsión de trabajadores negros en algunas alcaldías parisinas que controlaban), se unió al racismo de los socialistas franceses en la defensa a cualquier costo del colonialismo en Indochina y de la Argelia “francesa”.

No es de extrañar que ex votantes y miembros del partido comunista francés apoyen hoy al Frente Nacional ni que el chauvinismo de éste aumente cuando el ministro del Interior de Hollande, el “socialista” Valls, declara que los roms o gitanos deben ser expulsados porque tienen características genéticas inasimilables. Si los socialistas hacen la política de la derecha en Grecia, en Francia, en Escandinavia y el gran capital necesita eliminar totalmente la resistencia obrera y, sobre todo, alejar el temor al estallido social como consecuencia de sus políticas de ajuste, ¿cómo no se va a deslizar el centroderecha hacia la extrema derecha, cómo no va a crecer ésta abriendo el camino a gobiernos “duros”?

El antídoto contra la derecha es, antes que nada, una campaña de educación y una política anticapitalista, un gobierno de los trabajadores de todo tipo, pluralista, democrático, internacionalista. Si hay que enterrar la vieja república capitalista, debe ser para dar origen a una república social y solidaria de todos los trabajadores nativos o inmigrados.

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Los disidentes

August 8, 2013 By Irizarry

 

Siete de ellos han sido o están acusados por el gobierno de Barack Obama según la Ley de Espionaje y otros por divulgar “secretos oficiales” vía los medios de comunicación, más del doble de los casos que todos los presidentes anteriores combinados. El gobierno afirma que todos estos casos son estrictamente asuntos legales y no políticos, y rechaza que los acusados sean “denunciantes” o “disidentes”. Afirma que son simples criminales que violaron no sólo las leyes, sino la “confianza pública”, en efecto, traidores.

Lo interesante de esta cronología es que indica en parte el proceso de una genealogía, la del desarrollo hipertrofiado del aparato de la llamada seguridad nacional. Hizo crisis con Nixon luego de haberse desgraciado inicialmente con el macartismo. Lo que se siguió estableciendo a pesar de todo como Estado paralelo y oculto sale a flote como Estado de Seguridad Nacional reforzado y reinante (fascistizado) bajo Bush II a partir del 11 de septiembre estadounidense, y se sostiene, mantiene y extiende bajo Obama, nacional e internacionalmente.  Lo que sigue su curso es la normalización de las excepciones (muy bien dispuestas en lo jurídico y formalmente legales, aunque sean inconstitucionales) que criminalizan las disidencias.

http://www.jornada.unam.mx/2013/08/05/mundo/027o1mun

American Curios
Los disidentes
David Brooks

Casi todos hablan de cómo creían en la retórica oficial de su país, en la misión de Estados Unidos como guardián mundial de la democracia, como faro de esperanza libertador, como ejemplo para la humanidad.

Casi todos recuerdan que por eso se sumaron a las filas de agencias de inteligencia, a las fuerzas armadas, al Departamento de Estado o a la FBI. Y recuerdan cuando, con esa noble dedicación, denunciaron y revelaron algo que parecía abuso, corrupción o violación de los ideales tan repetidos por los representantes y líderes del país, y fueron expulsados de sus mundos y algunos condenados por “traidores”.

Siete de ellos han sido o están acusados por el gobierno de Barack Obama según la Ley de Espionaje y otros por divulgar “secretos oficiales” vía los medios de comunicación, más del doble de los casos que todos los presidentes anteriores combinados. El gobierno afirma que todos estos casos son estrictamente asuntos legales y no políticos, y rechaza que los acusados sean “denunciantes” o “disidentes”. Afirma que son simples criminales que violaron no sólo las leyes, sino la “confianza pública”, en efecto, traidores.

Dos de ellos están en los titulares mundiales de la noticia: el soldado Bradley Manning, cuyo consejo de guerra está por determinar su condena penal por varios cargos, incluidos cinco según la Ley de Espionaje; el otro, Edward Snowden, a quien se acaba de otorgar asilo político en Rusia, por ahora ha logrado escapar de las autoridades estadunidenses y de cargos por esa misma ley.

Entre los otros cinco denunciantes está Thomas Drake, analista de alto rango de la NSA, quien expresó preocupaciones a sus superiores por violaciones a la privacidad de estadunidenses por parte de la agencia, y más tarde platicó con un reportero sobre abusos y prácticas de mala administración en la NSA. A pesar de que el caso criminal en su contra, de acuerdo con la Ley de Espionaje, se desestimó, sigue en la lista negra, como todos los denunciantes que trabajan en inteligencia o defensa, y con ello su carrera. El ex integrante de la fuerza aérea y analista de la CIA ahora trabaja en una tienda de Apple.

John Kiriakou, ex agente de la CIA, fue condenado a dos años y medio de cárcel por dar a periodistas, incluido uno del New York Times, los nombres de dos ex colegas que habían empleado tácticas de tortura en interrogatorios. Stephen Jin-Woo Kim, contratista del Departamento de Estado, enfrentó cargos por filtrar información al periodista James Rosen, de Fox News (quien después, se reveló, fue espiado por la FBI). Shamai Leibowitz, ex traductor de la FBI, filtró a un bloguero que promueve la paz entre Israel y Palestina transcripciones de intervenciones telefónicas de la embajada de Israel en Washington sobre esfuerzos para influir en la opinión pública estadunidens. Jeffrey Sterling, ex agente de la CIA, se declaró no culpable de filtrar información sobre planes estadunidenses de sabotaje de planta nucleares de Irán a James Risen, del New York Times. Risen ha rehusado identificar su fuente, y el gobierno de Obama ha logrado que un tribunal le ordene hacerlo o enfrentará la cárcel.

Otros denunciantes a lo largo de las últimas décadas han enfrentado graves consecuencias, sobre todo el fin de su carrera, aun en casos donde las acusaciones legales en su contra fueron desestimadas. El más famoso entre ellos, Daniel Ellsberg, quien filtró los Papeles del Pentágono en 1971, afirma que la persecución de quien se atreva a revelar secretos oficiales a la opinión pública es peor con Obama que en tiempos de Richard Nixon.

Aunque las autoridades insisten en que sólo están aplicando la ley, los críticos sospechan que más bien se trata de suprimir las libertades de expresión y de prensa, y sobre todo la disidencia dentro de las filas oficiales.

Muchos recuerdan que esta Ley de Espionaje fue empleada inicialmente como arma política contra disidentes cuando fue promulgada en 1917, cuando Estados Unidos entró a la Primera Guerra Mundial. Fue usada contra socialistas, anarquistas y pacifistas que se oponían a la guerra, entre ellos el líder y candidato presidencial socialista Eugene Debs (quien pasó cinco años en la cárcel), líderes anarcosindicalistas del gremio IWW, así como para deportar a Emma Goldman y cientos de extranjeros más que criticaban la política bélica en ese tiempo.

Tal vez para algunos en el gobierno lo que más preocupa es que se multipliquen expresiones como éstas, resultado de los “secretos” revelados: “He servido en el complejo militar industrial durante 10 años, primero como soldado en Bagdad, y ahora como contratista de defensa. Cuando ingresé, creía en la causa. Era ignorante, ingenuo y estaba engañado. Se ha comprobado que la narrativa profesada por el Estado, de la que hacen eco los medios establecidos, es falsa y criminal. Nos hemos convertido en lo que pensaba que combatíamos. Recientes revelaciones de valientes periodistas sobre crímenes de guerra, incluidas las guerras sucias de contrainsurgencia, terrorismo por drones, la suspensión del proceso debido, tortura, vigilancia masiva… han arrojado luz sobre la verdadera naturaleza del gobierno estadunidense… Algunos dirán que estoy haciendo algo irresponsable, impráctico e irracional. Otros dirán que estoy loco. He llegado a creer que la verdadera locura es no hacer nada. Mientras estemos sentados en la comodidad, ciegos ante las injusticias del mundo, nada cambiará… Yo sólo era un soldado, y ahora soy un administrador de bajo rango. Sin embargo, siempre he creído que si cada soldado arrojara su rifle al suelo, se acabaría la guerra. Por lo tanto, hoy arrojo el mío…” Esta es la carta de renuncia de Brandon Toy, administrador de un proyecto de vehículos de combate artillados de una división de General Dynamics, una de las principales contratistas del Pentágono.

“Aquellos que pueden ceder una libertad esencial para obtener un poco de seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad”: Benjamin Franklin.

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Estado paranoico

July 3, 2013 By Irizarry

En el ámbito interno, la FBI instaló en 1997 un software conocido como Carnivore (DCS1000) para monitorear los intercambios de correo electrónico en territorio estadunidense. Tres años más tarde la Electronic Frontier Foundation presentó un documento al Congreso, en el que señalaba los peligros del sistema y la respuesta de la FBI fue que no había motivos de preocupación, porque el programa permitía a las autoridades distinguir “entre las comunicaciones que pueden ser legalmente interceptadas de las que no”. Durante el gobierno de George W. Bush, Carnivore fue remplazado por NarusInsight, software desarrollado por una subsidiaria de Boeing de origen israelí.

 

Resulta que la Electronic Frontier Foundation (EFF) tiene una demanda en proceso para que se libere información sobre nuevos programas de vigilancia del FBI relacionados con la colección y centralización masiva de material de reconocimiento facial (facial recognition), huellas digitales, ADN y otros identificadores biométricos, y ello de la población en general. Solicitudes previas de información presentadas por la EFF ante el Departamento de Justicia se han ignorado (1). Esto es ahora, en 2013. Ya sabemos que tales esfuerzos de colección y clasificación -que empatan directamente con los más recientes– datan al menos desde finales de la década de los 90 del siglo pasado. Pero esa historia es larga y oscura, y si hurgamos un tanto por lo menos hasta la época de Nixon, vemos cómo el programa de Cointelpro ya mezclaba la vigilancia con el hostigamiento y sabotaje de los movimientos potencialmente anticapitalistas y antigubernamentales del momento (2). Eso nunca desapareció por completo a pesar de investigaciones en el congreso (en varios aspectos ha continuado). Cabe recordar que a partir del 11 de septiembre estadounidense, desde 2001, se acelera y consolida la vigilancia que ya ocurría. Desde 2001 aflora como vigilancia extendida y profundizada, legitimada con el ensamblaje legal del Patriot Act (ampliado varias veces desde entonces). A partir de esa oportunidad el Estado paralelo y oculto que se venía gestando desde los albores de la Guerra Fría asume presencia explícita y dominante, abiertamente como Estado de Seguridad Nacional (ya se le conocía como tal, desde Truman, cuando se instalan sus primeros aparatos). Está en su proceso actualmente acelerado de fascistización neoliberal. Ese umbral del 2001 marca el establecimiento sistemático de la normalización de las excepciones, y abre lo que podría reconocerse como una crisis constitucional de largo plazo  en los Estados Unidos.

No hay que dudar que los designios de la llamada seguridad nacional incluye la previsión de los descontentos y desestabilizaciones inevitables propias del neoliberalismo y sus crisis.  No hay que dudar tampoco que los objetivos de las recolecciones y clasificaciones de los “datos” de la nueva demografía política, y de las vigilancias, así como los de las acciones policíacas que las acompañan, se concentran en las poblaciones nacionales, incluida la estadounidense (de lo contrario, ¿por qué hacerlo?), pues el Estado nacional sigue siendo el espacio privilegiado y principal donde se intenta regular la lucha de clases. Su paranoia, su despliegue obsesivo de vigilancias, supervisiones y restricciones, no se puede concebir fuera de la tendencia larga que irrumpe acelerada -desde 2001- en sus consolidaciones autoritarias como fascistización neoliberal actualizada del Estado de Seguridad Nacional. Los delirios de ese Leviatán no son sino la lógica profunda de la razón de ese Estado que marca nuestra época.

 

http://www.jornada.unam.mx/2013/06/25/opinion/026a1mun

 

Estado paranoico

Pedro Miguel

 

Uno no querría describirlo así porque suena desorbitado, pero ahí están las pruebas: entre las administraciones de George W. Bush y las de Barack Obama, Estados Unidos se ha vuelto el gobierno más paranoico del mundo y hoy lo es mucho más que en los tiempos del macartismo y de la guerra fría, cuando poseía, al menos, argumentos verosímiles –aunque no necesariamente verdaderos– para mantener a millones de personas, estadunidenses o no, bajo un régimen de vigilancia estrecha y secreta: en aquellos tiempos la confrontación entre las superpotencias tenía entre sus perspectivas la del cataclismo nuclear o destrucción mutua asegurada (MAD, por sus siglas en inglés) y era propagandísticamente fácil dividir al mundo en buenos y malos. Ese telón de fondo dio a Washington pretextos para espiar y hostigar a individuos tan ajenos a una bomba atómica como Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes, por ejemplo.

En los años 90 del siglo pasado tuvieron lugar dos fenómenos que habrían debido reorientar en forma radical la política exterior y la estrategia de seguridad estadunidenses: la desaparición del bloque soviético y el inicio de la masificación de Internet. El primero hacía obsoleta tanto la fuerza armada como la enorme infraestructura mundial de vigilancia y espionaje montada por Washington y la segunda conllevaba dos reglas de signo contrapuesto: si por un lado la proliferación de nodos de Internet facilitaba la tarea de espiar a los usuarios, por otro colocaba en un nivel de gran vulnerabilidad una gran cantidad de secretos de Estado, toda vez que éstos, de una forma u otra, irían a parar a contenedores (servidores) conectados a la red mundial.

Pero, en vez de redimensionar a la baja sus fuerzas ofensivas y de vigilancia, la Casa Blanca, entonces a cargo de George Bush padre, optó por proyectar a Estados Unidos como superpotencia única, autoerigida en promotora de un “nuevo orden mundial” de matriz neoliberal. Esta decisión se tradujo, en el ámbito del espionaje electrónico, en la reorientación de los sistemas de “inteligencia de señales” (Signint) hasta entonces usados para espiar a la URSS y sus aliados, cuyo conjunto se conoce popularmente como Echelon. Operado por los integrantes del Acuerdo Ukusa (EU, Inglaterra, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), actualmente es empleado para monitorear señales satelitales, telefónicas, celulares y de microondas, lo que pone a sus operadores en posibilidad de espiar el contenido de toda suerte de mensajes. En diversas ocasiones se ha señalado que Echelon es usado por sus socios como mecanismo de espionaje industrial y comercial que ha sido aplicado contra la Unión Europea. Ya en 2001 un informe del Parlamento Europeo recomendaba a ciudadanos y corporaciones del viejo continente que usaran sistemas de encriptación en sus telecomunicaciones, a fin de evadir la vigilancia ilegal por medio de Echelon (http://goo.gl/BVwRn).

En el ámbito interno, la FBI instaló en 1997 un software conocido como Carnivore (DCS1000) para monitorear los intercambios de correo electrónico en territorio estadunidense. Tres años más tarde la Electronic Frontier Foundation presentó un documento al Congreso, en el que señalaba los peligros del sistema y la respuesta de la FBI fue que no había motivos de preocupación, porque el programa permitía a las autoridades distinguir “entre las comunicaciones que pueden ser legalmente interceptadas de las que no”. Durante el gobierno de George W. Bush, Carnivore fue remplazado por NarusInsight, software desarrollado por una subsidiaria de Boeing de origen israelí.

Los programas de espionaje masivo dados a conocer el mes pasado por Edward Snowden se refieren a llamadas telefónicas dentro y fuera del territorio estadunidense (Verizon, Sprint y At&t), así como la intromisión mundial en correos electrónicos, chats, videos, fotos, videoconferencias y transferencias de archivos, e involucra a las compañías Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, Paltalk, Youtube, Skype, Aol y Apple. De acuerdo con lo revelado por Snowden, el gobierno de Washington ha espiado por igual a estadistas, universidades, empresas y ciudadanos privados de un sinnúmero de países.

Uno de los problemas obvios de esa red de espionaje es que su operación requiere de grandes cantidades de personas. Hoy, casi 5 millones de personas –tanto empleados públicos como personal de empresas contratistas– tienen acceso a información “confidencial y secreta” del gobierno de Washington, en tanto que un millón 400 mil empleados gubernamentales tienen acceso a información clasificada como “ultrasecreta”. La debilidad estructural del sistema es evidente.

En cuanto a su debilidad política y moral, nada la ilustra mejor que el hecho de que el gobierno de Obama haya presentado contra Snowden cargos por… espionaje.

1) Vean: http://rt.com/usa/disclose-facial-program-recognition-387/

Además: https://www.eff.org/press/releases/eff-sues-fbi-access-facial-recognition-records

2)  Buena reseña y conjunto de referencias sobre Cointelpro: http://www.counterpunch.org/2013/01/21/the-return-of-cointelpro/ Es recordatorio de lo que persiste en este juego permanente de regreso al futuro …

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El 11-S se habría evitado con los programas de espionaje de hoy, dice el jefe de la FBI

June 15, 2013 By Irizarry

La libertad depende de un estado de vigilancia secreto […] Indicó que estos programas son vitales para la protección del país, y sugirió que si hubieran existido antes, podrían haber evitado el 11 de septiembre de 2001, y que incluso podrían evitar “otro Boston”, en referencia a los atentados recientes en el maratón de esa ciudad.

 

Ambas afirmaciones sobre los atentados son falsas. En ambos casos se sabía de antemano quiénes estaban involucrados, y se tenían advertencias, y no se hizo gran cosa si acaso es que algo se hizo para evitar los ataques. Pero la manía del poder actual es la vigilancia, y hay que justificar su necesidad con toda clase de falsedades que reiteran las nociones maestras del poder. La otra cara de ese proceso es el miedo, y el efecto del afecto y del deseo de protección que coincide con la vigilancia en las imaginaciones infantiles de un paternalismo protector y preventivo. Para eso se necesita un sentido absoluto de peligro y amenaza que se pueda producir y manejar por el Estado a condición de que se garantice una protección ficticia que otorga entonces todo autoritarismo. Se le concede esa autoridad al Leviatán, y así se duerme tranquilo. Papá Estado nos cuida y debemos someternos a sus designios.

¿Pero entonces quién vigila a los terroristas del Estado? Esa posibilidad sería y es inaceptable, y por eso hay tanta saña en contra de todos lo que se han atrevido a revelar secretos (secretos que, sin embargo, se conocían: no se ha descubierto algo nuevo, sino el grado de su extensión y profundidad). Ahora lo que se hace es usar ese revés de lo manifiesto para fortalecer la legitimidad de la fascistización del Estado de Seguridad Nacional: mira el daño que se nos hace con las revelaciones imprudentes, si el secreto nuestro que pone todo lo de ustedes al descubierto bajo nuestras vigilancias encubiertas es lo que nos (los) protege. Juego de espejos en el cual lo único que no se puede saber es lo mucho que el Estado sabe –o se inventa- de nosotros, y en el cual se supone que la protección del Estado es también la nuestra, pues somos eso mismo (la nación, el pueblo, equivalentes al Estado). Este teatro totalitario lo hemos visto antes, tanto de este lado americano del océano como del lado europeo. Se llama fascistización, y anda de la mano con el militarismo desenfrenado que permea tantos aspectos de la subjetividad contemporánea.

 

http://www.jornada.unam.mx/2013/06/14/mundo/027n1mun

Insisten funcionarios de EU en que todo es legal y las filtraciones ponen en riesgo al país
El 11-S se habría evitado con los programas de espionaje de hoy, dice el jefe de la FBI
Senadores piden evidencias de las decenas de “actos terroristas” que se han frustrado

David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 14 de junio de 2013, p. 27
Nueva York, 13 de junio.

La libertad depende de un estado de vigilancia secreto, fue la esencia del mensaje oficial hoy cuando el director de la FBI y su contraparte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) aseguraron que la recaudación de todos los registros de llamadas telefónicas, así como el acceso al contenido de miles de millones de comunicaciones cibernéticas, son vitales para defender este país de la amenaza terrorista, y que la divulgación pública de estos programas secretos –justo hace una semana– ha causado daño a la seguridad de los estadunidenses.

 

Robert Mueller, director de la FBI, declaró hoy ante el Congreso que la filtración de información sobre programas de vigilancia masivos divulgados la semana pasada “ha causado un daño significativo a nuestro país y nuestra seguridad”. Insistió en que los programas son “legales”, supervisados por los poderes Judicial y Legislativo, y conducidos acorde con la Constitución y las leyes federales.

 

Indicó que estos programas son vitales para la protección del país, y sugirió que si hubieran existido antes, podrían haber evitado el 11 de septiembre de 2001, y que incluso podrían evitar “otro Boston”, en referencia a los atentados recientes en el maratón de esa ciudad.

 

Confirmó que la FBI lleva a cabo una investigación criminal para proceder contra Edward Snowden, quien filtró la información sobre los programas secretos de la NSA y asumió la responsabilidad de su proceder.

 

Mueller repudió demandas, tanto de legisladores, defensores de libertades civiles y hasta de las empresas de tecnología, por revelar más información sobre las dimensiones y procesos de estos programas, ya que la prioridad es “proteger al país” y la “protección de esa información” es lo que permite detener atentados y operaciones terroristas. De hecho, indicó que con cada filtración los adversarios de la nación buscan maneras de evadir el espionaje, y si “perdemos nuestra capacidad de obtener sus comunicaciones quedaremos excepcionalmente vulnerables”.

 

Por su parte, el general Keith Alexander, director de la NSA, informó hoy que divulgará más información sobre los dos programas secretos masivos que recaudan datos sobre las comunicaciones telefónicas y cibernéticas de millones de personas en este país y en el extranjero. Pero aunque dijo que están comprometidos con ser “tan transparentes como sea posible”, enfatizó que se tenía que buscar el equilibrio entre el derecho del público a saber acerca de estos programas con consideraciones de seguridad nacional. “Creo que es importante que tengan esa información, pero no queremos arriesgar vidas estadunidenses al hacer eso. Entonces, lo que estamos haciendo es muy deliberado para que no acabemos causando un ataque terrorista por divulgar demasiada información”.

 

Indicó que con la información que se presentará, la opinión pública se dará cuenta de que está desinformada si cree que el gobierno está escuchando cada llamada telefónica, entre otras cosas.

 

En audiencias públicas y sesiones cerradas con legisladores de ambos partidos, Mueller y Alexander, con otros altos funcionarios, continuaron la batalla para controlar el debate sobre las revelaciones del ex empleado de la NSA, Snowden, publicadas por The Guardian y el Washington Post la semana pasada.

 

Algunos legisladores continuaron apoyando la línea oficial de que estos programas han sido efectivos para prevenir atentados y complots terroristas, pero otros siguen cuestionando sus dimensiones y su legalidad. Hoy, estos altos funcionarios mantuvieron una sesión a puerta cerrada con casi la mitad de los legisladores del Senado, después de haber hecho lo mismo con representantes hace un par de días. No obstante, muchos siguen señalando una falta de información y múltiples discrepancias entre las versiones oficiales sobre estos programas.
Más aún, dos senadores –Ron Wyden y Mark Udall– emitieron hoy un comunicado en el que cuestionan las afirmaciones del general Alexander de que estos programas de vigilancia habían prevenido decenas de “actos terroristas”, considerando que “aún no hemos visto ninguna evidencia” que demuestre eso.

 

A la vez, mientras los altos funcionarios, como lo repitió hoy Mueller, argumentan que el programa secreto recauda sólo los registros de llamadas telefónicas (el hecho de marcar, la duración, y a qué número se comunicaron), y no el contenido de éstas, y por lo tanto no son invasivas de la privacidad –o sea, que sólo generan lo que llaman “meta-datos”– expertos disputan esta aseveración.

 

Jane Mayer, de The New Yorker, entrevistó a Susan Landau, matemática y ex ingeniera de una empresa de comunicación cibernética, quien le informó que los meta-datos “son mucho más intrusivos que el contenido”, y explicó que el gobierno puede obtener información privada inmensa al examinar “a quién llamas, y a quién llaman ellos, si puedes rastrear eso, puedes saber exactamente qué está ocurriendo, no necesitas el contenido”. Agregó que eso puede incluso revelar información política delicada, por ejemplo, reuniones de líderes de oposición, quién participa, dónde se reúnen y por cuánto tiempo, como también puede revelar relaciones románticas íntimas, sólo rastreando las ubicaciones de teléfonos celulares en las noches.

 

Ecos en juicio de Manning
Estos argumentos de los funcionarios encargados de inteligencia y vigilancia de que toda revelación de información oficial secreta, aun cuando revela posibles violaciones o abusos, ayuda al “enemigo”, se expresaron en otro foro cerca de Washington hoy: en la corte marcial de Bradley Manning en el Fuerte Meade que ya está en su segunda semana.

 

El famoso video de un ataque contra civiles desde un helicóptero estadunidense Apache filtrado (entre cientos de miles de otros documentos clasificados) por Manning a Wikileaks, reveló información que podría ayudar a “enemigos” de Estados Unidos, sostuvo un experto en helicópteros del Pentágono, en una declaración contra el acusado. “Enemigos pueden anticipar operaciones de Estados Unidos y planear ataques más efectivos como resultado” de la información sobre cómo opera este tipo de helicóptero, dijo el oficial Jon LaRue. El ataque mató, entre otros, a un fotógrafo de la agencia Reuters y su chofer y algunos críticos lo señalan como evidencia de crímenes de guerra cometidos por fuerzas estadunidenses contra civiles. Los fiscales militares buscan condenar a Manning por 21 cargos, incluido “ayudar al enemigo”.

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Epígrafe

Las agrupaciones políticas y las autoridades ejecutivas son incapaces de entender las implicaciones que tienen estos asuntos. A pesar de que recientemente han iniciado un reconocimiento parcial de los peligros más obvios que amenazan al ambiente natural de nuestras sociedades, parecen estar satisfechos con plantearse la contaminación industrial desde un punto de vista tecnocrático. Sin embargo, lo cierto es que solo un planteamiento que pueda enlazar lo ético con lo político -lo que yo llamo ecosofía- y que empate los tres registros ecológicos (el ambiente natural, las relaciones sociales, y la subjetividad humana) sería capaz de arrojar luz sobre estas cuestiones. […] Lo que está en juego es la manera en que vivimos en este planeta.

Félix Guattari (The Three Ecologies)

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