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EL PASO FUNDAMENTAL DEL 15-M: ASAMBLEAS EN LOS CENTROS DE TRABAJO

September 21, 2011 By Irizarry

No nos hemos querido andar con rodeos y en el mismo título ya hemos expresado lo que planteamos: que el movimiento asambleario del 15M se extienda también a los centros de trabajo. Este planteamiento no es exclusivamente nuestro. Es un anhelo, una aspiración, que llevamos escuchando entre algunos participantes del 15M desde el inicio de las asambleas ciudadanas.

¡Ojalá que ocurra! Que se contaminen los lugares de trabajo con democracia desde abajo, todos, dejando a un lado la fantasía “obrera” fabril pesada, pues los que trabajamos somos asalariados, y los lugares que nos emplean (o que buscamos que nos empleen) son todos fábricas. Lo contrario es mucha gente cansada de tanto marchar, sin que cambie la condición de vida en peregrinación incierta.

Todo se concentra en el Estado, esa maquinaria política e ideológica que siempre busca producir y reproducir los poderes en sus sujeciones formales e informales, poderes obvios y tácitos, “públicos” y “privados”. Esa maquinaria no descansa (su idioma en su proceso es el mismo en todos sus aparatos). Eso es su tarea, de eso depende para subsistir y mantenerse y endurecerse, especialmente en los momentos de sus crisis, de las crisis que se han provocado o permitido, y que se nos imponen. ¿Aceptamos eso? ¿Cómo lo rechazamos y logramos algo distinto? Siempre busca ese Estado adaptarse y sostenerse en medio de los procesos de las resistencias, porque se sabe o sospecha que el Estado siempre está en juego.

Resulta que ese Estado es el proceso que busca mantener las explotaciones y expropiaciones que lo sostienen, y todas esas explotaciones y expropiaciones llegan siempre a ser asunto de controlar lo que nosotros hacemos para subsistir, lo que producimos nosotros. Los “debates” académicos y de gobierno actual sobre las opciones llamadas económicas en la crisis actual no son sino eso, eso de cómo mantener las dominaciones existentes, eso de la “austeridad” en contra de “estímulo” para la “recuperación”. Pregunto: ¿recuperar, qué? ¿Quién se beneficia? ¿Cómo, y para qué, y cuál es el beneficio? No hay que “recuperar”. Hay que replantear, rehacer y reconstituir gobierno, y con ello es que se recuperan las luchas que han buscado transformaciones (en contra de lo Estatal y a favor de la gente). Paradoja: necesitamos gobierno en contra del Estado, proceso de gobierno que deshaga el Estado para poder hacer otras cosas para nosotros. Ni fácil ni bonito, ni pronto, pero necesario y repleto de posibilidades, que son las posibilidades otras y nuestras en contra de las dominaciones y subordinaciones que siempre se han hecho Estado. Eso es lo que siempre ha estado, y siempre está, en juego.

La implosión calculada del presupuesto de gobierno, y las imposiciones fiscales que siguen desmantelando lo que queda de las llamadas redes de apoyo (el “welfare state” conquistado anteriormemte), son política de la clase que busca mantenerse dominante, en contra de la gente que vive de lo que hacemos a pesar de ellos. Sin nuestro trabajo no existen ellos, pero somos desechables en función de las reorganizaciones de sus ganancias y especulaciones. Ellos controlan, y nosotros no logramos prioridades ni exigencia.

Si este movimiento resistente actual no asume capacidad constituyente, alternativa y de gobierno capaz de hacer otra cosa, pasa a la historia como revuelta pasajera. Gana el neoliberalismo. Si este movimiento no estalla en los lugares del trabajo que todavía se tiene (pues el desempleo, el subempleo, la precariedad, la descalificación y la falta de trabajo son estrategias que sufrimos), y si no se logra replantear el modo y la manera del trabajo que se quiere como opción y alternativa, para que no sea beneficio de los pocos, entonces ese movimiento muere. Gana el neoliberalismo. Ya veremos.

Estamos en gran desventaja todavía, a pesar de la fuerza que se ha desplegado con tanto descontento inevitable. Hay que concentrar la perspectiva del esfuerzo en la sociedad que se quiere (no como plan sino como proceso), en la sociedad posible que irrumpe en esta sociedad actual que ya no podemos seguir aceptando, pues no se puede sostener (todas las ecologías se desbaratan, y lo que aparece no es aceptable). El capital tiene su Internacional. Son las mismas imposiciones en todas partes. ¿Y nosotros, qué? Se nos va la vida en esto. ¿Acaso nos compran la vida porque se la vendemos? La culpa es nuestra.

http://asambleasdetrabajadores.wordpress.com/
EL PASO FUNDAMENTAL DEL 15-M: ASAMBLEAS EN LOS CENTROS DE TRABAJO

Publicado el 14/09/2011 por asambleasdetrabajadores
Resumen

No nos hemos querido andar con rodeos y en el mismo título ya hemos expresado lo que planteamos: que el movimiento asambleario del 15M se extienda también a los centros de trabajo.

Este planteamiento no es exclusivamente nuestro. Es un anhelo, una aspiración, que llevamos escuchando entre algunos participantes del 15M desde el inicio de las asambleas ciudadanas. Lo hemos podido leer en algunos foros, redes y en las posturas de algunas organizaciones, se ha aprobado en asambleas del 15M de manera aislada o en alguna comisión laboral. Incluso tenemos constancia de que ya se ha puesto en marcha en algunos centros de trabajo. Es decir, este artículo/propuesta que aquí presentamos pretende ser tan sólo un vehículo transmisor e impulsor de lo que como un rumor ya anda recorriendo esta hermosa revolución democrática y está brotando de manera espontánea en algunas partes, pero que sin embargo no ha tomado la fuerza necesaria para dar el salto definitivo.

Al igual que en su debido momento el movimiento 15M apostó por la formación de asambleas en los barrios y pueblos de nuestro país, ahora ha llegado el momento de dar un paso más, el paso más importante en la auto-organización social: acompañar y ampliar el movimiento surgido en barrios y pueblos constituyendo también asambleas allá donde se trabaja y explota a la mayoría de nuestra población, en la empresa, en los centros de trabajo y en el mundo laboral en general.

¿Quiénes lo planteamos?
Este planteamiento que lanzamos a los distintos medios y redes sociales no es el de ningún colectivo organizado o asociación, ni menos aún de un partido o sindicato. Es el conjunto de ideas en el que coincidimos algunos ciudadanos que venimos participando en el movimiento 15M desde sus orígenes y por ello, hemos visto necesario “arrimar el hombro” y aportar un grano de arena transcribiendo en este documento lo que por múltiples ámbitos ya se viene reclamando. Ni más ni menos. Somos unos participantes más de este movimiento, que con humildad e ilusión queremos provocar un efecto amplificador en torno a estas ideas fundamentales para que genere debate colectivo y favorezca su puesta en marcha.

¿A quién va dirigido?
Nuestro objetivo es impulsar con fuerza esta idea/experiencia aún en pañales. Queremos darle el empujón que le hace falta, para que se extienda, se debata colectivamente y pueda empezar a florecer. Por ello dirigimos este documento a los miles de simpatizantes que de alguna u otra manera han participado o participan en las actividades y asambleas del 15M, a los sindicalistas combativos de cualquier sindicato que simpatizan con este movimiento y que estarían dispuestos a involucrarse más en él, a las asociaciones u organizaciones de todo tipo, a todos los foros y redes sociales que dan energía a nuestro movimiento, y sobre todo a los trabajadores nacionales o extranjeros de nuestro país que aún no han dado el salto a la lucha organizada.

Extendamos la epidemia democrática, también al mundo laboral.
Una bandera fundamental de nuestro movimiento es la lucha por una democracia real y participativa, donde los ciudadanos en general y los trabajadores en particular pasemos de ser objetos a sujetos, de mercancías a ciudadanos activos. No queremos una sociedad que funcione dividida en dos partes, por un lado una elite dirigente y manipuladora y por otro una gran masa social dirigida y manipulada. Buscamos una sociedad donde el protagonismo recaiga en todo el pueblo y no sólo en una casta política y/o económica. Apostamos por una sociedad donde cada cual pueda participar y aportar en el desarrollo de ésta, y en la que dejemos de ser meros espectadores tutelados para ser actores de una verdadera democracia. Y cuando hablamos de democracia y participación no sólo nos referimos a lo político, sino a todos los aspectos y ámbitos sociales, incluyendo el laboral. La democracia real y la vida participativa también deben crecer y contagiarse en el mundo laboral. Esta democracia profunda y real es uno de los objetivos que ha puesto en pie al movimiento 15M y choca frontalmente con la realidad que sufren actualmente los trabajadores en España.

La lucha obrera y sindical en nuestro país. Vaya panorama…
Detengámonos por un momento en la realidad de la afiliación sindical: en nuestro país tan sólo un 17% de la población activa es miembro de algún sindicato. No queremos menospreciar la influencia de los sindicatos, que va más allá de su porcentaje de afiliación (en Francia la afiliación es del 10% aproximadamente y eso no impide una gran capacidad de movilización y organización de huelgas). Sin embargo ese porcentaje nos indica que quienes llevan el mayor peso y representatividad (para negociaciones incluidas) de la lucha por los derechos de los trabajadores son una pequeña minoría. Además, los dos sindicatos que aglutinan a más afiliados en nuestro país están secuestrados por una jerarquía burócrata y entreguista (algo que sí nos distancia de otros sindicatos como los franceses, griegos o portugueses). Es decir, en nuestros principales sindicatos la mayoría de sus afiliados no son requeridos para cumplir un papel participativo y activista, sino para ser una cuota más, un número más en sus censos. La vida democrática, participativa y reivindicativa en estos aparatos brilla por su ausencia. El restante de la fuerza laboral, que es alrededor de un 83%, ni siquiera pertenece a ninguna organización sindical, es decir, está al margen de cualquier organización que luche por sus derechos. Esta inmensa mayoría de nuestra población permanece como simple espectador a expensas de lo que los sindicatos hagan, o mejor dicho, de lo que las cúpulas sindicales hagan o dejen de hacer.

Este panorama en el ámbito laboral es una mala caricatura de lo que pudiéramos llamar verdadera democracia. Y las condiciones laborales de paro, subempleo, trabajo en negro, precariedad, pensiones insuficientes, alargamiento de la edad de jubilación, altísimo porcentaje de muertes en el trabajo, etc, etc, etc… que se viven en nuestro país son consecuencia directa de la situación actual de falta de democracia, desorganización y domesticación de la lucha obrera.

Hagamos pedazos este detestable consenso. ¡¡ Queremos el disenso¡¡
Esta situación de control sobre la clase trabajadora no es nueva, la llevamos sufriendo varias décadas. En ella han participado y participan gobiernos, partidos, patronal, medios de comunicación y cúpulas sindicales. Con sus teatros de acercamiento y distanciamiento, beneficiándose unos y otros de intereses y prebendas, mantienen su perfecto acuerdo, su fórmula mágica, su “pactismo” continuo. Su Gran Consenso. Esto es lo que ha garantizado a los grandes capitalistas unos niveles de beneficio sin precedentes durante décadas y es lo que sostiene el modelo de explotación salvaje que sufrimos.

Lo que en este documento proponemos es romper este consenso. Romper esta telaraña de intereses, esta destructora calma pactada que tantos años hemos soportado. Proponemos construir el disenso poniendo en pie al movimiento obrero. Por muy estable e invulnerable que parezca esta maquinaria de control, nada es eterno. Y menos aún un sistema basado en una alta desigualdad e injusticia social.

El despertar del movimiento 15M ha roto esquemas y ha levantado esperanzas en millones, ha volatizado la apatía y la desilusión que pesaban como una roca, ha demostrado que la Historia no está escrita y que los pueblos en lucha pueden convertir en astillas el paradigma más sólido y transformarlo en otro totalmente distinto. No queremos pecar de triunfalismo, esto es sólo el principio, estamos comenzando a “gatear”. Pero sí hay que subrayar lo que ya nadie puede negar: las cosas están cambiando y podemos cambiarlas aún más.

¿Asambleas del 15M en el trabajo? No quieren ni oir hablar del asunto.
El capital utilizado para la especulación por la banca, los fondos de inversión o las agencias de rating, ha sido obtenido del esfuerzo del trabajador, las reservas del Estado con las que se pagan sueldos a políticos o subvenciones a sindicatos se han recaudado de la riqueza creada por el trabajo, las fortunas que esconde la gran patronal en paraísos fiscales las han producido el sudor de millones de obreros, las transacciones financieras internacionales se hacen con lo acumulado y extraído de la producción que soporta la clase trabajadora. Toda la riqueza material o inmaterial creada por el ser humano ha pasado por el proceso fundamental del trabajo. Que nadie crea que los grandes capitales acumulados, que la riqueza generada que circula planetariamente, proviene de innovadores e intangibles mecanismos macroeconómicos o de la llamada “ingeniería financiera”. La economía financiera no existe en un mundo paralelo desconectado de la economía productiva; la economía financiera necesita para funcionar de la inyección de capitales que provienen de la producción, amasados y creados por el trabajo de los asalariados. Si uno persigue el rastro y busca el origen de estas majestuosas cantidades de dinero que se mueven dentro de un mismo país o cruzando fronteras con velocidad informática en manos de los llamados “mercados”, descubrirá que éstas provienen de una actividad humana que comenzó en los albores del capitalismo hace varios siglos y que se llama trabajo. No vienen de otro sitio. No hay magia, no hay duros a cuatro pesetas, ni nuevas formas misteriosas de crear riqueza. Sólo nuevas formas de aumentar la explotación del trabajador.

El sistema capitalista no puede sostenerse sin la explotación del trabajador. Es su código genético, es la pieza sin la cual se derrumbaría. De la explotación obtiene la savia que le hace sobrevivir, crecer como la levadura y expandirse más y más sin límites, para continuar el ciclo de explotación. Por lo tanto eso es lo que lo hace fuerte y débil a la vez. Porque a la vez que crece y se expande, empobrece y hunde a la clase social que le da sentido. Es la lucha de la clase trabajadora lo que lo puede tumbar, ya que esta clase es, a la vez, la que lo sostiene.

Si realmente queremos construir una sociedad mejor, una sociedad con justicia social, entonces tenemos que pasar por el Rubicón, tenemos que dar el salto fundamental a la organización y lucha de los trabajadores.

El movimiento 15M hasta ahora ha provocado una gran sorpresa, quizá alguna inquietud en la elite política y económica de este país, hemos dado algunos arañazos al sistema, algún empujón. A la vez hemos levantado la esperanza y despertado la conciencia de cientos de miles. Pero todavía estamos muy lejos de un cambio real. Al movimiento 15M le falta la pierna que le haría avanzar grandes pasos hacia el cambio, nos referimos al movimiento obrero organizado. Esa es la gran bestia para el sistema. Que en las empresas, centros de trabajo y mundo laboral en general comiencen a germinar y extenderse asambleas de trabajadores les causaría auténtico pavor. Es el paso del que no quieren ni oír hablar la elite económica y política de nuestro país. Pueden aceptar referéndum, pueden aceptar un cambio en la ley electoral, pueden aceptar banca pública, pueden aceptar que se graven con más impuestos a los que más tienen, pueden aceptar una ley de responsabilidad política. Hay países capitalistas neoliberales que tienen todo esto desde hace años. Lo que no pueden soportar, lo que es su talón de Aquiles, es que el pueblo trabajador comience a auto-organizarse, además de en los barrios, en sus centros de trabajo, y encima sin el control de gobiernos, partidos, patronal, medios de comunicación o cúpulas sindicales. Prefieren mil veces antes ceder una parte que poner en riesgo todo. Debemos aprovechar esta coyuntura inédita, esta efervescencia popular que estamos viviendo, para dar comienzo a la ruptura democrática del dominio sobre la clase trabajadora. Esto sí supondría el principio de un cambio real.

Algunos destellos ya alumbran el camino.
Ya lo hemos comentado antes, no hemos sido los primeros en plantear la extensión del movimiento 15M al mundo del trabajo. Desde el seno del movimiento han emergido algunas experiencias que alumbran en el mismo sentido que nuestro documento. Como ejemplo podemos nombrar los acuerdos tomados en la comisión laboral de Sol o la propuesta y manifiesto de las comisiones de laboral hacia la huelga general.

Y ejemplos más importantes aún son las experiencias reales de asambleas en los centros de trabajo que han surgido al calor del movimiento, como: asamblea de investigadores del CSIC, asamblea de trabajadores de la Biblioteca Nacional de España, asambleas de parados, o la actual movilización de profesores de la Comunidad de Madrid con posibles huelgas a la vista donde la influencia del movimiento 15M se hace patente en sus asambleas.

Estos ejemplos eran desconocidos para nosotros hasta hace poco y es probable que además de éstos existan más iniciativas en este sentido. Es una labor fundamental de todos darlas a conocer dentro del movimiento para enriquecernos, tomar ejemplo, ganar experiencia y provocar una retroalimentación que nos dé fuerza en nuestro desarrollo.

Para otro capitalismo otras formas de organizarse.
Según la realidad de cada trabajo o de cada empresa así deben organizarse sus trabajadores. La variedad y la flexibilidad debe ser la filosofía de este movimiento, la fisonomía organizativa dependerá del desarrollo concreto y no se deben poner corsés al lugar o las formas en las que germinen las asambleas: una fábrica, una empresa, un supermercado, un puerto o cualquiera de las partes que forman la administración pública. Por ejemplo: una asamblea de trabajadores del Carrefour de Granada, una asamblea de pescadores de la cofradía de Carreira-Aguiño de Galicia o una asamblea de funcionarios de la Consellería d’ Educació de Les Illes Balears. Son posibilidades que ponemos como ejemplos para aquellos que tienen bien definida su vida laboral, una clara conexión con su centro de trabajo.

Sin embargo también existen otras formas. Nuestra sociedad es poliédrica, es mucho más compleja que hace 30 años y tenemos que abarcar sus distintas realidades. En nuestro país no tenemos la suerte de que todo el mundo tenga un trabajo digno ni que los que trabajan lo hagan permanentemente en la misma empresa u ocupación. Y es imprescindible contar con ese notable porcentaje de la masa trabajadora que vive en otras condiciones. El capitalismo ha ido mutando y con ello sus trabajadores. La realidad de este nuevo capitalismo neoliberal nos muestra un escenario de precariedad laboral, trabajo temporal, constante rotación de los trabajadores, idas y venidas desde el contrato al desempleo. En definitiva una nebulosa de temporalidad y paro no enraizada en una empresa determinada. ¿Cómo organizarnos en esta situación?

Ante esta pregunta tan sólo queremos apuntar dos sugerencias. Por un lado se nos presenta la realidad de los parados de larga duración o trabajadores en precario sin una profesión definida. Esta realidad requeriría de asambleas de parados/precarios (que ya han surgido en algunos lugares de nuestro país) y donde tratarían entre otros muchos temas el problema del paro y la precariedad estructural. Por otro lado tenemos la realidad de trabajadores con una ocupación concreta, una profesión concreta pero que viven en continua temporalidad, saltando de contrato temporal a contrato temporal, saltando de empresa en empresa o de chapuza en chapuza, pero siempre trabajando en su mismo oficio; o también podríamos incluir en este grupo a aquellos que están en pequeñas o medianas empresas con muy pocos trabajadores por lo que la viabilidad de organizarse en su centro de trabajo es complicada. Para esta realidad vemos conveniente el modelo mixto, que combina su enraizamiento por profesión con el de su localidad, el de su empleo con el de su zona de trabajo o residencia. Pudieran ser albañiles, jornaleros del campo, comerciales o trabajadores de hostelería. Por ejemplo: asamblea de albañiles de Utrera, asamblea de camareros de La Barceloneta o asamblea de comerciales de Vallecas.

Asambleas de trabajadores en conexión con las de barrios y pueblos.
No se debe pensar que la formación de asambleas en los centros de trabajo puede debilitar o dividir las asambleas de barrios y pueblos. Simplemente se propone apostar por la organización de los cientos de miles de asalariados de nuestro país que simpatizan con este movimiento, ampliando así los espacios de participación ciudadana para poder intervenir en los problemas que les atañen, ya sea en su barrio o en su centro de trabajo. Extender el movimiento a los centros de trabajo va a permitir la incorporación de una parte importante de los simpatizantes con el movimiento que hasta ahora no habían podido participar activamente, debido a que las asambleas de barrios son durante sus horas laborales o porque les es casi imposible acudir a las reuniones después de llegar de trabajar a su residencia lejos del lugar de trabajo y muchos contando además con responsabilidades familiares. En definitiva, siempre va a ser mucho más fácil y práctico para muchos trabajadores organizar una asamblea en el lugar de trabajo entre aquellos que ya se conocen, que tienen los mismos horarios, se ven todos los días o que comparten mismos problemas. Esto facilitaría para muchos mantener la actividad asamblearia con la regularidad necesaria.

Además apostamos por una fuerte interconexión entre los dos tipos de asambleas. Las asambleas de trabajadores no deben estar desconectadas del resto de asambleas ya sean de otros trabajadores o de zona (barrios y pueblos). Todas deben tejer conjuntamente la red que forma el movimiento, en continuo apoyo y desarrollo mutuo, dando músculo a esta gran marea de protesta y movilización que define al 15M. Será necesario para las asambleas de trabajadores contar con la colaboración de las asambleas de zona en sus luchas particulares (de conflicto laboral). De la misma manera que para impedir desahucios han colaborado en solidaridad distintas asambleas de barrios, para acciones de conflicto laboral organizadas por asambleas de trabajadores también se debe apelar a la solidaridad de otras asambleas, ya sean de trabajadores o de zonas cercanas.

¿Sindicalista y a la vez participando en una asamblea del 15M en el trabajo?
El movimiento 15M no nace en un desierto. En España ha existido y existe una gran tradición de luchas sociales y producto de éstas existen muchas organizaciones en todos los ámbitos de nuestro país. Algunas mantienen su carácter reivindicativo y transformador, otras han sido asimiladas y han pasado a tener una actitud timorata y colaboradora con el status quo económico y político. Ya sean de un tipo o de otro, no podemos cerrar los ojos a esto y hay que considerar que en gran parte de los centros de trabajo de nuestro país existe alguna presencia sindical. Esto no lo debemos ver como un obstáculo. El movimiento 15M, en actual gestación y expansión, también tiene derecho a reproducirse allá donde sea necesario, y además vemos perfectamente posible convivir y compartir espacios con las organizaciones que ya existen. De igual manera que nuestro movimiento en los barrios y pueblos convive y comparte espacios con veteranas asociaciones vecinales sin conflicto ni rivalidad alguna e incluso en algunos casos con colaboración, planteamos una situación análoga para el ámbito laboral.

Y los afiliados sindicales, ¿podrían participar en una asamblea de trabajadores del 15M?. El movimiento del 15M no es una opción partidista o sindical y debe mantener toda independencia respecto a partidos, sindicatos o asociación alguna. Esta cualidad ha sido garantía de su crecimiento y éxito. Pero esto no significa que se le deba prohibir la participación en una asamblea a una persona que a título individual se acerca al movimiento, por el simple hecho de estar afiliado a uno u otro sindicato. Lo importante es que las asambleas conserven su autonomía y sean soberanas, abiertas, con democracia horizontal y mantengan el espíritu asambleario. Manteniendo este carácter, todo el que quiera participar debe ser bienvenido. Incluso deseamos que aquellos sindicalistas honestos y combativos se animen a fortalecer este movimiento, ayuden con su valiosa experiencia y su necesario capital humano a desarrollar asambleas por todo el mapa productivo del país, dejando al margen estériles “etiquetismos” y enfrentamientos sindicales, y uniéndose con el resto de trabajadores (afiliados a otros sindicatos o a ninguno) a desarrollar la lucha trabajadora desde las bases. Vemos destacables en este sentido las posturas que sobre el 15M han mostrado algunos sindicalistas de base de CC.OO., al igual que otros guiños que han llegado desde otras organizaciones sindicales como la CGT, USTEA o la USO. Esperamos que estas simpatías se traduzcan en la voluntad sincera y honesta de potenciar el movimiento asambleario trabajador.

Funciones y alcances de una asamblea de trabajadores.
Dentro del amplio abanico de funciones y temas de las que se dotan las asambleas del 15M, las de centro de trabajo o de trabajadores tampoco deben ponerse ningún límite. Hablemos y afrontemos todo lo que sea necesario y hagamos de la política un patrimonio de los ciudadanos en general y no algo restringido a ciertas organizaciones o líderes. Sin embargo, las asambleas de centro de trabajo marcan una diferencia, por estar recorridas por un asunto existencial y central para ellas: la situación laboral. En sus temas primordiales de discusión se abarcan problemas que van desde las condiciones laborales que hay en nuestro país (reforma laboral, seguridad en el trabajo, jubilación, pensiones, etc…) hasta los problemas concretos del centro de trabajo, del sector productivo o de los trabajadores componentes de la asamblea. Y obviamente en su forma de reivindicar y de actuar se presenta también el cariz laboral.

El hecho de no ser un sindicato no nos impide organizar protestas y formas de lucha en el trabajo, incluso llegando hasta la propia huelga. También en esto tenemos que romper con corsés y moldes en el ámbito laboral y no caer en el grave error de pensar que el derecho a organizarse, discutir y luchar en tu empresa está permitido única y exclusivamente a tal o cual sindicato. No. Es un derecho ciudadano, de todos los trabajadores y debemos ejercerlo.

Incluso mirando a horizontes más lejanos, el objetivo de organizar una huelga general, tema planteado en algunos debates de nuestro movimiento, sólo podría ser exitoso partiendo de un escenario de presencia consolidada en los centros de trabajo de nuestro país. No podemos pretender informar, agitar y movilizar al mundo laboral contando únicamente con movimiento asambleario en barrios y pueblos.

¿Y si empezamos ya?
Permítenos que cambiemos el estilo de redacción y ahora te tuteemos. Sí, y nos dirigimos directamente a ti que nos lees: ¿y si hablas con tus compañeros del curro, de profesión o en paro, con aquellos que están cansados de esta situación, que sabes que simpatizan con este movimiento, con esos que han ido a alguna manifestación, que entran en los foros y redes sociales o incluso que han participado en alguna asamblea del 15M? Por ejemplo en el momento del cafelito, del cigarrito fuera, en un descanso, en un hueco… ¿y si les planteas formar una asamblea de trabajadores? ¿Te parece algo iluso? ¿crees que la gente pasa de todo, está en sus problemas y no se quiere pringar en estos asuntos? Hace pocos meses nadie daba un duro por la capacidad de respuesta y de movilización del pueblo español. Siendo el país con la tasa de paro más alta de la UE éramos a la vez el menos luchador, el más sumiso. El país de borregos, vino y pandereta. Un país donde todo el mundo iba a lo suyo y nadie era capaz de organizarse y protestar. ¡¡Pues mira lo que se ha levantado, mira lo que es capaz de hacer ese mismo pueblo¡¡. Medio mundo ha puesto los ojos en la revolución democrática comenzada. ¿Te parece entonces utópico que la gente responda y se formen asambleas en los trabajos? Creemos que ya ha llegado la hora de extender la explosión de democracia por el mundo laboral, por puertos y campos, por la administración y centros comerciales, por minas y fábricas, por bares y hoteles, por escuelas y universidades, por obras y talleres, por comisarías y cuarteles. ¿Quién dice que no se puede? Oye compañera, oye compañero, ¿y si empezamos ya?

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Este documento está dispuesto para difundirse, debatirse, resumirse, modificarse, esquematizarse y utilizarse como se quiera para desarrollar la lucha en la que estamos inmersos. Es por ello que no lleva firmas personales ni derechos de autor alguno. Queremos que sea una herramienta de uso colectivo para el movimiento.

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Los estadounidenses hemos reescrito nuestras leyes, como lo hicieron los argentinos, para legalizar los crímenes.

August 11, 2011 By Irizarry

Los estadounidenses hemos reescrito nuestras leyes, como lo hicieron los argentinos, para legalizar los crímenes.

Por aquello de que siempre hay que intentar reconocer relaciones, coincidencias que se juntan en los devenires que se encuentran, veamos lo que sigue. Hay en este momento varias líneas duras, turbias y muy espesas, en las densidades de los intentos actuales de reconfiguración continuada del poder en sus crisis. Siguen saliendo a flote en las dominaciones que buscan acomodarse en las fascistizaciones que proliferan.

Una de estas líneas es el triunfo del chantaje que ha definido e impuesto la decisión de los recortes y límites presupuestarios (draconianos, como si acaso hicieran falta ahora más restricciones para reforzar la precariedad de la subsistencia de la gente) de los gobiernos que se siguen sometiendo a los designios y prioridades más conservadoras (muy agresivas y reaccionarias) del neoliberalismo. Esto es internacional, multinacional, muy coordinado. Lo hemos visto ahora en los Estados Unidos. Obama ha confirmado su entrega a las facciones de derecha de ambos partidos, que no son sino un solo partido. Lo vemos en Europa (sigue su curso a pesar de las protestas que sigan siendo solo protestas). Cualquier economista -y hay varios- que entienda lo frágil de la situación actual, desde el punto de vista del mantenimiento de alguna forma de capitalismo que se pueda sostener sin desorden político peligroso, defiende la necesidad de los gastos para reactivar la economía (fuente de ingresos para el gobierno), en vez de las disminuciones presupuestarias (que es fuente de oportunidades adicionales para los capitanes del neoliberalismo) (1). Las limitaciones selectivas del presupuesto son lo que quieren desde arriba las tendencias más conservadoras de todos los partidos y organizaciones, lo draconiano. Esas resoluciones institucionales son Estatales y autoritarias, convenientes para quienes no sufren las consecuencias nefastas de las depredaciones que se imponen. Son adecuadas para seguir logrando salidas de mantenimiento sistémico que sean policíacas, oportunistas (las nuevas esferas de valorización del capital en lo que hasta ahora había sido la esfera pública) y especulativas (para ellos). Hay acciones criminales en todo esto, pero no son ilegales, o no se castigan. Se confirman la capacidad de los neoconservadores para imponer sus opciones, y la eficacia del estribillo del presupuesto como asunto de exclusiva y urgente prioridad. El teatro de esa crisis se repetirá ad infinitum con variaciones y escenarios subsiguientes. La otra cara de esa moneda es que siempre hay ganancias espectaculares en estas crisis. Por si acaso olvidamos lo que ya se ha concedido con los “rescates” financieros, pensemos en las privatizaciones que se han de promover como fuente de ingresos en el mantenimiento de servicios e infraestructuras. Eso no es nuevo. Ahora es el turno de Obama, a través de sus retóricas tímidas y debilitadas. No importa lo que colapsa para la gente, mientras se puedan sostener las reorganizaciones lucrativas que mantienen a los poderes. Se aprovechan además todas las oportunidades para seguir movilizando a las masas enclaustradas en los populismos de derecha (no es toda la gente, pero es gente suficiente, y los que no son fieles comparten muchas de las mismas premisas inculcadas). En este juego de espejos no desaparece el Estado. Desaparecen los aparatos de gobierno que habían sostenido un apoyo frágil de la gente en las crisis continuadas y fabricadas, y se fortalece el aparato de seguridad Estatal (tienen que protegerse desde arriba, por la inestabilidad que provocan y que quieren manejar). Eso es intervencionismo Estatal, desde arriba para los de arriba, que es el único intervencionismo bueno para ellos. De eso no se habla, de esa curiosa manera de querer disminuir el gobierno a través del intervencionismo Estatal del neoliberalismo.

Otra linea dura es la serie de los miedos que se manipulan en torno al llamado terrorismo. El caso más reciente se fija en Noruega. La prensa institucional atribuye inmediatamente los atentados y asesinatos a los fundamentalistas islámicos, pero resultó muy pronto que el fundamentalismo en acto es cristiano, de ultraderecha y neonazi (forma retroactiva útil que funciona). Esa combinación no sorprende si acaso entendemos la naturaleza religiosa del conservadurismo reinante, y ello tiene mucha historia aunque no se reconozca siempre en sus actualizaciones. Ante lo absurdo de las primeras acusaciones mediáticas, predispuestas, se desplaza inmediatamente la propaganda hacia la necesidad de reforzar la seguridad interna y la vigilancia  de agrupaciones o individuos que puedan ser terroristas, sin que importe de dónde vengan ni dónde puedan estar, y sin que importen sus “ideologías” (2). Los enemigos de la sociedad (del Estado = sociedad, pues esa es la equivalencia subyacente) están en todas partes. Resulta que no podemos saber quiénes pueden ser, por lo cual hay que vigilar, denunciar, y anticipar los peligros posibles. Es el aspecto paranoico del poder actual que sigue buscando la integración activa de todos los ciudadanos en las tareas de la llamada seguridad nacional (que se equipara a la seguridad personal, individual). Aunque no se logre la plenitud esa integración, se siguen buscando justificaciones para ampliar las vigilancias y represiones. Esa es la tendencia.

La otra línea del poder que persiste es la militarización y el endurecimiento de las violencias que institucionalizan la tortura como método necesario para la protección de lo Estatal. Hay que despedazar a los cuepors disidentes, tienen que sufrir (eso es cierto para todos los fascismos en todas sus escalas, macroscópicas y microscópicas). Ante los peligros designados y asignados, se desatan violencias necesarias y absolutas. Esa es la la Razón de Estado (la latencia fascista que ahora es reinante en las oportunidades actualizadas que conquista). Esos son los delirios Razonables de este Leviatán. Esas violencias tienen un legado largo y triste para la gente que se han atrevido a buscar otras cosas. Esa gente han desaparecido por haberse atrevido. Acaso lo olvidamos. Eso es más de lo mismo, eso de las violencias y los olvidos. Es más de lo mismo que se quiere mantener, en diversos escenarios, con apariencias y ritmos distintos en sus consecuencias. Esa es la guerra en contra de las poblaciones que tarde o temprano se consideran desechables por ser indeseables e insoportables, las que tienen que volverse a someter (o desaparecer). De esa guerra no se habla, pero guerra es (ha sido y ha de ser guerra mientras no se cambie la situación de las dominaciones existentes). Eso se reconocía como forma abierta y agresiva de la lucha de clases en otra época. Se desacreditó esa frase -lucha de clases- y se logró asignar ese significante solo a los “subversivos”, y se han justificado así las acciones Estatales para mantener el “orden” en la guerra que busca mantener la violencia de lo ordenado cotidiano en su sitio (pero eso no se reconoce como lucha de clases).

Pero también hay resistencias, porque son inevitables. De lo contrario, los poderes no tendrían que ser tan brutales. Las mutaciones de los poderes devienen porque las resistencias existen y persisten (esa es la historia del capitalismo en todos sus aspectos y formas). Las resistencias actuales son la esperanza inmediata. Existe la esperanza que llega de Chile, de los estudiantes y su movimiento que tienden a agrupar a muchos a pesar de las trampas y las represiones. Existe la esperanza que llega de España, de los Indignados que no se detienen, pues siguen pensando y buscando cómo deshacer los lastres políticos de las derechas e izquierdas coincidentes (todas muy Estatalistas y burocráticas, repletas de recetas programáticas e institucionales que buscan una calma que ya es imposible a menos que no se imponga con los policías y ejércitos). Esas resistencias hay que reconocerlas y pensarlas en sus procesos y posibilidades (y en eso, por favor, que se vayan los burócratas del pensamiento, pues de lo contrario estamos en lo mismo de siempre, enjaulados en las cautelas partidistas y académicas formales e informales, y en lo que quieren todos ellos de retroceso para mantenerse acomodados en las redes de los poderes). Hay que lograr difundir esas resistencias, hay que promover contagio y riesgo.

No hay que olvidar lo que ha pasado, ni obviar lo que sucede, ni dejar a un lado los que confrontan las explotaciones existentes. Ya veremos. Acaso hay posibilidades alternativas. No llegan del cielo ni de los catecismos aceptados. Se conquistan y se hacen desde abajo. Nos deseo suerte, tenacidad, persistencia, indignación y rabia con lucidez. Lo otro es la normalización de las excepciones que se siguen ensamblando para mantener los poderes en sus sitios. Eso ya lo vemos en todas partes, lo vivimos y lo sufrimos. Ya basta. Que se vayan todos. Eso ya se ha dicho. A ver si se logra. Todo esto anda junto, y ya veremos lo que tiene capacidad de prevalecer. Todo esto anda junto.

(1) De Paul Krugman (entre otros): http://www.nytimes.com/2011/08/05/opinion/the-wrong-worries.html?_r=1&hp
It’s not just that the threat of a double-dip recession has become very real. It’s now impossible to deny the obvious, which is that we are not now and have never been on the road to recovery. […] These may sound like dry statistics, but they reflect a truly terrible reality. Not only are vast numbers of Americans unemployed or underemployed, for the first time since the Great Depression many American workers are facing the prospect of very-long-term — maybe permanent — unemployment. Among other things, the rise in long-term unemployment will reduce future government revenues, so we’re not even acting sensibly in purely fiscal terms. But, more important, it’s a human catastrophe. […] But the policy disaster of the past two years wasn’t just the result of G.O.P. obstructionism, which wouldn’t have been so effective if the policy elite — including at least some senior figures in the Obama administration — hadn’t agreed that deficit reduction, not job creation, should be our main priority.

(2) Una vez más se busca lanzar la institucionalización cotidiana de la vigilancia y la denuncia, proyecto que en los albores de esta fascistización actualizada se intentó bajo la designación del Total Information Awareness (por si acaso lo recuerdan los que tienen memoria que llegue al 2002, y los que no la tengan, que investiguen esa historia que sigue siendo la nuestra ahora). Vean lo siguiente, de : http://www.nytimes.com/aponline/2011/08/02/us/politics/AP-US-Violent-Extremism-Strategy.html?hp

“Communities are best placed to recognize and confront the threat because violent extremists are targeting their children, families and neighbors,” the strategy said. The unclassified draft includes broad statements about protecting civil rights, American values and the importance of partnerships with local stakeholders and the private sector. The federal government’s job is to act in a support role, it said, bringing people together and sharing information about threats and concerns and “community-based solutions.” The focus cannot be on a single ideology.

 

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=132576
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article28618.htm

Los desaparecidos de EE.UU.

Chris Hedges
Thuthdig
Traducido por Silvia Arana para Rebelión

La Dra. Silvia Quintela fue “desaparecida” por los escuadrones de la muerte en Argentina en 1977 cuando estaba embarazada de cuatro meses con su primer hijo. Fue mantenida con vida en una base militar hasta que dio a luz a su hijo y luego, al igual que otras víctimas de la junta militar, fue probablemente drogada, desnudada, encadenada a otras víctimas inconscientes y apilada en un avión de carga que formaba parte de los “vuelos de la muerte” en los que se eliminó a una cifra estimada de 20.000 personas desaparecidas. Los vuelos militares con su carga humana inerte volaban sobre el Atlántico de noche y los cuerpos encadenados eran arrojados en el océano. La Dra. Quintela, que trabajaba en las villas miserias de la ciudad de Buenos Aires, tenía 28 años cuando fue asesinada.

Un médico militar, el Mayor Norberto Atilio Bianco, que fue extraditado el viernes desde Paraguay a Argentina por tráfico de bebés, está acusado de haberse apropiado del bebé de la Dra. Quintela al igual que de una docena, quizás cien, niños más. Los niños fueron entregados a familias militares en adopción. Testigos reportaron haber visto a Bianco, quien estaba a cargo de la unidad clandestina de maternidad que funcionó durante la Guerra Sucia en el hospital militar de Campo de Mayo, sacando personalmente a los bebés del hospital. También se quedó con uno de los niños. El jueves, en Argentina, se condenó al General Retirado Héctor Gamen y al Coronel Hugo Pascarelli por crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino “El Vesubio”, adonde 2.500 personas fueron torturadas entre 1976 y 1978. Fueron condenados a cadena perpetua. Desde el 2005, con la anulación de la ley de amnistía que protegía a los militares, Argentina ha abierto juicios contra 807 personas por crímenes de lesa humanidad, de los cuales, hasta ahora sólo 212 han recibido sentencia. Ha sido, para aquellos de nosotros que vivimos en Argentina durante la dictadura militar, una marcha dolorosamente lenta hacia la justicia.

La mayoría de los desaparecidos en Argentina no fueron activistas armados sino líderes gremiales, organizadores comunitarios, intelectuales de izquierda, activistas estudiantiles y aquellos que estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. Pocos estaban conectados con los grupos armados de resistencia. En efecto, en el momento del golpe de estado de 1976, los grupos de guerrilla armada, como los Montoneros, habían sido diezmados. Estos grupos armados, como Al-Qaida en su lucha contra Estados Unidos, nunca significaron una amenaza a la existencia del régimen, pero la campaña nacional contra el terrorismo, tanto en Argentina como en EE.UU. se convirtió en una excusa para subvertir el sistema legal, instaurar el miedo y la pasividad en la masa popular y formar un vasto sistema de prisiones clandestinas con torturadores e interrogadores, funcionarios gubernamentales y abogados que operan más allá de la ley. La tortura, las detenciones prolongadas sin juicios, las humillaciones sexuales, las violaciones, las desapariciones, la extorsión, el saqueo, los asesinatos y abusos han devenido, como en Argentina durante la Guerra Sucia, parte de nuestro mundo subterráneo de sitios de detención y centros de tortura.

Los estadounidenses hemos reescrito nuestras leyes, como lo hicieron los argentinos, para legalizar los crímenes. John Rizzo, el ex representante legal de la CIA, aprobó los ataques con drones que mataron a cientos de personas, muchos de ellos civiles, en Pakistán, aunque EE.UU. no estaba en guerra con Pakistán. Rizzo admitió que él autorizó técnicas de interrogación severas. Le dijo a Newsweek que la CIA disponía de una lista de personas a asesinar. En la entrevista, preguntó: “¿Cuantos profesores de leyes han firmado una orden de muerte?”. Rizzo, en términos morales, no se diferencia en nada del deportado Dr. Bianco de Argentina, y es por ello que abogados de Gran Bretaña y Pakistán están pidiendo su extradición a Pakistán bajo cargo de asesinato. Esperemos que logren su objetivo.

Sabemos que al menos 100 detenidos murieron durante los interrogatorios en nuestros “sitios negros”, muchos de ellos a causa de los golpes y maltrato en manos de los interrogadores. Hay probablemente muchos, muchos más cuya suerte nunca será revelada. Decenas de miles de hombres musulmanes han pasado por los centros de detención clandestina de EE.UU. sin un proceso legal. “Hemos torturado si piedad a gente. Probablemente hemos matado a docenas de personas…, ambos las fuerzas armadas y la CIA”, admitió el General Retirado Barry McCaffrey.

Los cuerpos de muchas de esas víctimas nunca fueron entregados a sus familiares. Desaparecieron. La muerte anónima es la forma más cruel de la muerte. No hay un fin de duelo para los deudos. No hay manera de que los familiares puedan conmemorar el fin de una vida, con una fecha, un ritual y un lugar. La atrocidad se hace más compleja con la atrocidad cometida contra la memoria. Este sacrilegio es desgarrador para los familiares. Los regímenes usan los centros clandestinos de detención, los asesinatos y las muertes anónimas para poner a la población en estado de agitación, perturbación y desequilibrio. Genera una locura colectiva. La acción del estado de “desaparecer” a personas en sitios negros, manteniéndolas prisioneras por años sin juicio y torturando, asegura que pronto estas técnicas serán parte rutinaria de control doméstico.

Decenas de miles de estadounidenses están detenidos en prisiones de máxima seguridad, adonde son privados de contacto humano y destruidos sicológicamente. Los trabajadores indocumentados son detenidos en redadas, y sus familias no saben nada de ellos por semanas o meses. Las unidades de la policía militarizada rompen las puertas de unos 40.000 estadounidenses cada año y se los llevan en la oscuridad de la noche como si fueran enemigos combatientes. Ya no existe el habeas corpus. Los ciudadanos estadounidenses pueden ser asesinados “legalmente”. Los secuestros ilegales, llamados eufemísticamente “rendiciones extraordinarias” son un sello de la guerra contra el terrorismo. La evidencia secreta hace imposible que los acusados y sus abogados puedan saber qué cargos hay contra ellos. Todo esto fue experimentado por los argentinos. La violencia doméstica, ya sea en forma de movilizaciones sociales, revueltas u otro ataque terrorista catastrófico en territorio estadounidense, podrían, me temo, poner de manifiesto las herramientas brutales del imperio cimentado en la patria. En ese punto, nos embarcaríamos en nuestra propia versión de la Guerra Sucia.

Marguerite Feitlowitz se refiere en “The Lexicon of Terror” a las experiencias de un preso argentino, el físico Mario Villani. Se muestra el colapso del universo moral de los torturadores cuando, entre sesiones de tortura, los guardias llevan a Villani y a unas mujeres embarazadas a un parque de diversiones. Les hacen subir a un trencito, y luego los llevan a un café a tomar una cerveza. Uno de los guardias, Sangre, su nombre de guerra, lleva a su hija de unos 6 o 7 años al centro de detenciones para que conozca a Villani y a otros presos. Pocos años después, Villani se cruza por la calle con uno de sus principales torturadores, un sadista conocido en los campos de concentración como El Turco Julián. Julián le recomienda a Villani que vaya a ver a otro ex preso para conseguir un trabajo. La manera en la que la tortura se hizo una rutina, parte del trabajo diario, contribuyó a insensibilizar a los torturadores frente a sus propios crímenes. Visualizaban a la tortura como parte de su trabajo. Años después, esperaban incluso que sus víctimas la consideraran desde la misma lógica torcida.

Human Rights Watch en el reporte “Inmunidad ante la tortura: El gobierno de Bush y el maltrato a detenidos” declaró que hay “una cantidad extraordinaria de evidencia de tortura implementada por el gobierno de Bush”. El Presidente Barack Obama, continúa el reporte, está obligado a “ordenar una investigación de los alegatos de abuso de detenidos autorizado por el ex Presidente George W. Bush y otros funcionarios de alto rango”.

Pero Obama no tienen intenciones de restaurar la ley. No sólo se niega a investigar los flagrantes crímenes de guerra, sino que ha otorgado inmunidad a aquellos que han programado, dirigido y ejecutado torturas. Al mismo tiempo, incrementó drásticamente los crímenes de guerra, incluyendo los ataques con drones en Pakistán. Continúa presidiendo sobre cientos de colonias penales en ultramar, adonde el abuso y la tortura son moneda corriente. Es cómplice de los asesinos y torturadores.

La única manera posible de regresar a la legalidad sería revisando caso por caso, extradición por extradición, juicio por juicio. Si regresáramos a la legalidad, Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld, el ex Director de la CIA George Tenet, Condoleezza Rice y John Ashcroft serían enjuiciados. Los abogados que legalizaron las acciones que bajo las leyes internacionales y nacionales son ilegales, incluyendo no sólo a Rizzo sino a Alberto González, Jay Bybee, David Addington, William J. Haynes y John Yoo, deberían perder sus matrículas y ser enjuiciados, si queremos salir de esta ciénaga. Nuestros líderes militares de mayor experiencia, incluyendo el General David Petraeus, que supervisaron escuadrones de la muerte en Irak y tortura indiscriminada de vasto alcance en las prisiones clandestinas, serían llevados al banquillo de los acusados, como los generales en Argentina, y obligados a responder por sus crímenes. Ese es el único camino. Si sucediera, sucedería sólo por la acción de unas pocas almas valientes, como la del abogado y presidente del Centro por los Derechos Constitucionales, Michael Ratner. Tomará tiempo, mucho tiempo; los crímenes cometidos por Bianco y los dos ex oficiales condenados este mes sucedieron hace cuatro décadas. Si no sucediera, entonces, continuaríamos nuestro descenso en un estado policial de terror y miseria humana en el que los guardias, en un capricho, nos sacarán de nuestras celdas para llevarnos a un parque de diversiones, para hacernos dar una vuelta en un trencito, paralizados y atónitos, antes de nuestra próxima sesión de tortura.
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article28618.htm

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Epígrafe

Las agrupaciones políticas y las autoridades ejecutivas son incapaces de entender las implicaciones que tienen estos asuntos. A pesar de que recientemente han iniciado un reconocimiento parcial de los peligros más obvios que amenazan al ambiente natural de nuestras sociedades, parecen estar satisfechos con plantearse la contaminación industrial desde un punto de vista tecnocrático. Sin embargo, lo cierto es que solo un planteamiento que pueda enlazar lo ético con lo político -lo que yo llamo ecosofía- y que empate los tres registros ecológicos (el ambiente natural, las relaciones sociales, y la subjetividad humana) sería capaz de arrojar luz sobre estas cuestiones. […] Lo que está en juego es la manera en que vivimos en este planeta.

Félix Guattari (The Three Ecologies)

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