En Puerto Rico nos estamos hundiendo. No estamos dando soluciones, nos estamos distanciando los grupos”, advierte con preocupación Atilano Cordero Badillo, fundador de la cadena de supermercados Grande.
¿Pacto? ¿Acuerdo? ¿Alianza? Los pactos, los acuerdos y las alianzas se hacen entre partes iguales, plenipotenciarias a su manera y según la circunstancia que lleva al reconocimiento mutuo del interés por pactar, acordar, aliarse. ¿O acaso debe ser tregua, cese al fuego … ? Esa tal vez sea imagen más apropiada, pues lo que se vive ahora, mucho más intensamente que antes, es guerra. Pero tampoco funciona muy bien esa idea, pues esa guerra ha sido declarada desde arriba, y desde hace ya tiempo, y no hay beligerantes, combatientes, reconocidos en condiciones de igualdad.
Lo que hay, insisto, es guerra declarada desde arriba y unilateralmente. ¿Cuál guerra? Es la guerra de las políticas neoliberales de despojo, de expropiaciones y privatizaciones, de venta de remate de los recursos de la isla que quedan al mejor postor, de “eficiencias” gubernamentales que producen desempleo masivo sin remedios ni opciones dignas o viables y que desmantelan servicios esenciales, guerra de desigualdades (abismos) sociales que se crean y mantienen como parte de un plan maestro neoliberal … Es guerra de rapiña en beneficio de una ínfima minoría, de una casta que persiste en encumbrar sus privilegios … Y todo ello con el beneplácito de la casta política correspondiente y coincidente, de “servidores” publicos electos que se han convertido en los agentes exclusivos de su propio beneficio, para mantenerse administrando los puestos del poder, para darse la buena vida mientras insultan y denigran a la gente que busca opciones, alternativas …
¿Pacto? En esas condiciones no hay pacto posible, pues esas son las condiciones en las cuales el Estado y su gobierno se hacen impermeables ante la gente. No les importan las consecuencias de sus políticas. Lo que se necesita es que se detenga la ronda actual de imposiciones arbitrarias que benefician a muy pocos. Si acaso eso llegara a suceder, entonces, se podría tal vez pensar y hacer otra clase de pacto, un pacto desde abajo, que venga de la gente, para plantear otro modo de vida (no ya del “desarrollo” que todos conocemos), y entonces tal vez ese pacto se puede hacer gobierno y sociedad. El único pacto existente en estos momentos es el pacto con el demonio neoliberal.
Hace falta otra cosa, y esa otra cosa no puede llegar desde arriba. Desde arriba ya sabemos lo que llega. No les importa, y si se habla de “pactos” o “contratos sociales” es porque saben que ellos han sido quienes han violado los términos de la coexistencia, y lo han hecho con impunidad y prepotencia, pero acaso se siente resistencia. Ya es tarde para esa clase de pactos. Lo que hace falta es otra cosa, y no puede llegar desde arriba a menos que no sea un reconocimiento de la justeza y necesidad de los reclamos de abajo, y una disponibilidad de cambiar de dirección.
Y añado y sigo … Estado (y gobierno) amurallado, impermeable (algo así como las ciudades con murallas que quieren hacer y consolidar) … Pero se olvidan que están rodeados de los pueblos, de los residenciales y caseríos, de las comunidades impertinentes, de la gente que sigue molestando con sus exigencias … Ya veremos …
http://www.elnuevodia.com/enbuscadeunacuerdoparaeldesarrollo-640337.html
EN BUSCA DE UN ACUERDO PARA EL DESARROLLO
Representantes de todos los sectores productivos del País comparten su visión sobre la necesidad de un pacto social para Puerto Rico
Por Marian Díaz / mdiaz1@elnuevodia.com
“En Puerto Rico nos estamos hundiendo. No estamos dando soluciones, nos estamos distanciando los grupos”, advierte con preocupación Atilano Cordero Badillo, fundador de la cadena de supermercados Grande.
Y su preocupación no es para menos. El País tiene una tasa de desempleo de doble dígito hace meses -ya está por encima del 16%-, la inflación supera a la de Estados Unidos, el déficit según el propio gobierno es de 5%, y estamos en el cuarto año de una recesión.
“Eso no había ocurrido en la historia moderna de Puerto Rico”, expresa, por su parte, la economista Heidie Calero.
Es precisamente esa crisis lo que motivó al empresario Cordero Badillo a proponer que se convoque a un diálogo entre todos los sectores productivos del País, con miras a buscar y a pactar soluciones que nos saquen del atolladero.
“Yo todavía no he visto un plan (de visión) de país por ningún gobierno, donde participen todos los sectores productivos del país. Puerto Rico va camino a tener más de un 20% de desempleo. Hay necesidad de crear empleos y mejorar la economía. Así se comienza un Pacto Social”, dice con convicción el fundador de Grande.
¿Qué es un Pacto Social?El término Pacto Social se refiere a un mecanismo que usan los países para lograr consensos entre los diversos sectores -primordialmente el empresarial, sindical y gobierno- sobre distintos temas de política pública.
En aras de iniciar ese diálogo, Negocios convocó a una reunión a representantes del sector empresarial, sindical, el gobierno, la academia y las comunidades. Participaron en la mesa redonda: el secretario del Departamento del Trabajo Miguel Romero; la secretaria del Departamento de la Familia Yanitzia Irizarry; el líder sindical Federico Torres Montalvo; la directora de la Escuela Graduada de Administración Pública de la Universidad de Puerto Rico Palmira Ríos; el líder comunitario José (“Chago”) Santiago, además de Cordero Badillo y la economista Calero.
El objetivo del conversatorio era auscultar si existe la voluntad de todos los sectores para sentarse a la misma mesa, de entablar un diálogo, llegar a acuerdos, y pactar un proyecto nacional. Además, buscábamos conocer cómo se podría configurar ese Pacto Social, cuál debería ser la agenda y qué mecanismos asegurarían su continuidad.
Pactos en otros países
Los pactos sociales y económicos no son nuevos, lo han utilizado con éxito países como Irlanda, Nueva Zelanda, España, República Dominicana y Finlandia, entre otros. (ver la gráfica de los países).
Para la profesora Ríos, Puerto Rico está en el momento propicio para iniciar ese diálogo de País. “Los pactos sociales y económicos surgen de las crisis, cuando no hay salida”, y añade que la Isla está en crisis, no sólo económica, sino también de desigualdad social.
Indica Ríos que en la década de 1990 República Dominicana enfrentó una crisis económica y los grupos políticos, sindicales, sociales y religiosos llegaron a un acuerdo para reformar la Constitución y encauzar el crecimiento de su economía. “Hoy el desarrollo económico que tiene República Dominicana es producto de ese pacto”, dijo la catedrática. En el 2008 el crecimiento económico de Dominicana fue de 4.8%.
Irlanda -país competidor de Puerto Rico- también convocó a un Pacto en 1987 para resolver la crisis económica que atravesaba. Los tres sectores -empresarial, sindical y gobierno- pactaron varios acuerdos que lograron convertir ese país en uno de los más competitivos del mundo.
¿Y Puerto Rico?Una de las grandes interrogantes es si aquí en Puerto Rico los diversos sectores tienen la capacidad y la disposición de escuchar y lograr acuerdos que perduren; si el gobierno pactará con las comunidades, y los empresarios con los sindicatos, todos enfocados en el bienestar del País.
La secretaria de la Familia responde en la afirmativa. Asegura que el Pacto Social “es parte de la filosofía de esta administración y una encomienda específica del Gobernador”.
El titular del Trabajo lo reafirma, pero reconoce que lo primero que se necesita es buscar áreas comunes para iniciar el diálogo, “independientemente de que haya diferencias profundas por las decisiones difíciles que ha tomado el gobierno”.
Según Romero, existen decenas de estudios que analizan la radiografía social y económica del pueblo, pero todos los estudios y gobiernos anteriores han fallado en identificar las bases del diálogo para encontrar las soluciones.
Parte de ese fallo, opina Cordero Badillo, estriba en el elemento político. “Uno de los problemas graves que tenemos hace tantos años es que estamos demasiado politizados, y ponemos al partido antes que el desarrollo social y económico. Lo que hemos sembrado en los últimos 30 años es los que cosechamos hoy”, advierte el también integrante del Consejo Asesor de Reconstrucción Económica y Fiscal (Caref).
Hace falta confianza
Puerto Rico no es Nueva Zelanda ni Finlandia, países con larga tradición de diálogo tripartita. Aquí se ha enraizado cada vez con más fuerza la desconfianza entre los sectores, y eso dificulta cualquier intento para buscar acuerdos, según los entrevistados.
“No puede haber pacto social, ni mucho menos alianzas, si no somos capaces de poner las verdades sobre la mesa. Lo primero es la confianza; si no existe confianza, esto se convierte en un verso”, replica Torres Montalvo, al tiempo que agradeció a este rotativo por haber convocado la reunión, pues le permitió conversar con el secretario del Trabajo, con quien no hablaba desde el verano.
El líder sindical criticó que el gobierno haya excluido de la discusión de los problemas del País a todos los sectores, con excepción del sector empresarial y financiero. “Aquí lo que ha habido es una política de confrontación. Eso es el antídoto del diálogo social y de lo que podríamos llamar un pacto”, manifestó.
Recordó Torres Montalvo que desde el año 2000 se han llevado a cabo cuatro cumbres sociales en la Isla, las que pueden ser el preludio del Pacto Social.
En la de 2006 se constituyó el Comité Trisectorial -en Puerto Rico se cambió el nombre original de Comité Tripartita (referente a tres partes) porque aquí esa palabra se relaciona equivocadamente con partidos-, y en el 2007 se aprobó la Orden Ejecutiva. Cada sector -empresarial, sindical y gobierno- nombró siete representantes.
El primer presidente del Comité Trisectorial fue Torres Montalvo, el grupo trabajó en propuestas de reorganización gubernamental y de desarrollo económico, incluyendo enmiendas a la Ley 184, conocida como la Ley de Personal. Se llegó a preparar un borrador de proyecto para elevar el Comité Trisectorial a rango de ley, pero el mismo quedó sin radicarse al ocurrir el cambio de gobierno.
Romero dijo que la Orden Ejecutiva sigue vigente. Pero en lo que va de año, el grupo no se ha reunido, puesto que el gobierno no los ha convocado. No obstante, el secretario se comprometió en la Mesa Redonda a convocar al Comité Trisectorial próximamente, pero antes sostendrá una reunión con el sector sindical, y si posible, estará presente el gobernador Fortuño.
Experiencia de la comunidadEl líder comunitario Santiago desconfía de la buena voluntad del gobierno para con las comunidades, pero está dispuesto a participar del diálogo, si lo invitan, porque reconoce la valía de tender puentes.
Santiago es uno de los líderes de la Península de Cantera, comunidad sanjuanera que se salvó del desahucio porque estableció alianzas.
“El ejemplo de la relación entre la empresa privada, la comunidad y el gobierno en Cantera fue positivo. Y lo fue porque la junta de directores, aunque la comunidad era minoría 8 a 3, nunca pasó sobre la objeción de la comunidad”.
Según Santiago, “pudimos estar en una mesa horizontal, la comunidad, el gobierno y todas las esferas de poder del País y salimos adelante, por el respeto, el compromiso y porque los que vinieron no vinieron a buscar, sino a compartir”.
Hoy le preocupa ver que el gobierno desmantela la Oficina de Comunidades Especiales. “Cuando no puedes dominar el liderato, tratas de ejecutarlo por el hambre, por la eliminación de los trabajos que le dan vida”, expresó.
Santiago tiene dudas sobre la cifra del déficit que plantea el gobierno y sobre la manera en que ha implantado las soluciones, en particular el despido de empleados públicos.
Quiere que la voz de los líderes comunitarios sea escuchada. “La gente de las comunidades tenemos mucho que aportar. No somos brutos, somos mucho más educados que un montón de los que están dirigiendo este país. Queremos participar, pero en una línea horizontal de mando”, manifiesta.
Cómo empezar el pacto
Para conformar un Pacto Social tiene que estar todo el mundo en la mesa, asevera la directora de la Escuela de Administración Pública. “Desafortunadamente, la experiencia de éste y los gobiernos anteriores ha sido la exclusión de los sectores”, indica Ríos.
Mencionó como ejemplo de lo dicho arriba, la manera en que se trabajó la nueva Ley de Incentivos Económicos el pasado año, en la que le cerraron la puerta a algunos sectores. “Si no podemos estar todos y todas, no va a haber legitimidad, por más buenas que sean las propuestas”, sostiene Ríos, quien promueve la representación ciudadana en el Pacto, pues después de todo, son los ciudadanos los que reciben los servicios gubernamentales.
Aclara que el Pacto Social “no es una entidad gubernamental”, es un esfuerzo que trasciende al gobierno, en la que hay representación del poder ejecutivo y de los partidos políticos.
“No hace falta una ley habilitadora para comenzar a organizar el Pacto”, según Ríos. Pero sí hay que empezar a sentar unas bases procesales, democráticas e inclusivas para poder adelantar una visión de País, añade.
El éxito de un Pacto Social depende de la voluntad política, la continuidad y la concreción de una agenda, además del diálogo, la credibilidad y la inclusión de los sectores.
Los pactos se conforman por varias razones, entre ellas porque hay pérdida de confianza de los ciudadanos en las instituciones, por la creciente desigualdad socieconómica, para evitar un estallido social y/o para alcanzar mayores niveles de bienestar.
Al convocar al Pacto hay que aclarar en qué se enfocará el grupo y cuáles son las expectativas. Por ejemplo, si será en el diagnóstico de la situación económica del País, si los acuerdos incluirán asuntos económicos solamente o si también incluirán asuntos sociales, si el Pacto busca reducir la pobreza, mejorar la calidad de vida, o meramente mejorar la economía.
Posible agenda a discutirEl primer tema en la Agenda del Pacto debe ser la Ley 7 y la política de despidos de empleados públicos, opina Torres Montalvo. “El gobierno tiene que estar dispuesto a escuchar los planteamientos del sector sindical. No podemos hablar de un Pacto Social, excluyendo al sector laboral”.
Según Torres Montalvo, con la Ley 7 el gobierno les quitó a los trabajadores los derechos adquiridos. “Ya nos quitaron todo, ¿qué más quieren que ceda?”
Otros temas en la Agenda, según los entrevistados, podrían ser: cómo propiciar la inversión de capital, la Reforma Contributiva, la Reforma Gubernamental, el Plan de Uso de Terrenos y la desigualdad económica y social.
Sugiere Calero que para comenzar el diálogo se limite la discusión a dos o tres temas. Como punto de partida, puede utilizarse el Modelo Estratégico para la Nueva Economía (MENE) que preparó la actual administración, añade la economista.
Estos tres temas iniciales podrían ser, según el grupo, la creación de empleos, la educación y la reestructuración gubernamental.
Para darle continuidad al grupo, lo que hace falta es tener compromiso, y olvidarse de los eventos electorales, afirma Ríos.
Mientras, Cordero Badillo insiste en que sea el propio gobernador Fortuño quien haga, lo más pronto posible, el llamado al Pacto Nacional. Según el consenso de los entrevistados, el país lo necesita.