El último estudio sobre la diversidad biológica exhibe con claridad el patrón del sexto mayor evento de extinción del planeta: la transformación de la Amazonia en una sabana. […]
Casi un cuarto de las especies vegetales conocidas están en riesgo de desaparecer, los corales y los anfibios declinan en forma marcada y la cantidad de ejemplares de todos los vertebrados cayó en un tercio en los últimos 30 años.
Interrogado acerca de por qué es importante la extinción de especies cuando contamos con todo tipo de tecnología, Lovejoy contestó: “Usted no se alimenta de Internet”. Tampoco se puede respirar sin las plantas que suministran oxígeno a la atmósfera.
Pero se puede vivir sin petróleo.
Pues sí, se puede vivir sin petróleo, pero no ahora, ni en un futuro inmediato. Ese es el problema. El petróleo es el eje de las producciones y de los consumos que seguimos aceptando alegremente, y mientras tanto se extienden las degradaciones ambientales, todas.
Hay que insistir: la fuga del pozo de BP del Golfo de México marca un umbral, pero se sigue manejando y presentando el asunto como problema técnico, como teatro político, y como algo pasajero que tal vez se puede resolver, a pesar de que las noticias (si acaso las buscamos y las escudriñamos), apuntan a otras consecuencias (1) … La fuga de ese pozo es de la sociedad que lo requiere, y de su gobierno y Estado, que lo aceptan y necesitan. Y es cada vez más obvio que no saben lo que hacen … (2)
Se puede vivir sin petróleo, pero eso implica y exige una reorganización radical de prioridades y de poderes, de gobiernos y Estados, de producciones y consumos, de modos de vida, de sociedades. Pero tal vez no se quiere eso. Tal vez somos suicidas, suicidas vagos y cómodos. Entonces tal vez el planeta mejora sin nosotros. Devengamos dinosaurio, entonces, pero con pleno reconocimiento de que esta extinción que producimos ahora viene por lo que hacemos y aceptamos a diario. Participamos de esa explotación y de esa extinción nuestra. Se puede vivir sin petróleo, pero es algo que no se puede ni se quiere concebir. Pero eso depende de nosotros.
Ya basta de ajustes y negociaciones con lo existente que seguimos aceptando. Todo esto se basa en la premisa de que podemos seguir haciendo lo que hacemos a diario, y que podemos acomodarnos para seguir en lo mismo, imaginando a veces que es distinto. Desde el punto de vista de las consecuencias globales (que son muy cotidianas), y en eso estamos nosotros (todos los otros), las protestas son ínfimas, demasiadas veces son miopes, están repletas de protagonismo repetido, y son inmediatas (a pesar de la grandilocuencia y de las retóricas esperadas).
Parece que no hay voluntad ni capacidad para juntar todas las protestas, pues parece que no se sospecha que todas las luchas tienen que ser algo así como una misma lucha, sin que sea única, sino coincidente en su multiplicidad. Si en cada lucha desatada no somos capaces de trabajar todas las otras luchas posibles y actuales, entonces fracasamos (desde el inicio de cualquiera de las luchas). Es lo mismo, eso de las luchas, aunque sean diferentes y aunque se tengan que trabajar en sus diferencias, pues en las diferencias están las coincidencias y las posibilidades, pero es a su vez lucha en contra de las vanguardias de siempre (que quieren aglutinar y consolidar y suprimir) …
Ya veremos, dijo el ciego … La salida posible es política, porque es económica y colectiva. Pero todo ocurre como si eso no se quiere escuchar ni pensar. Mientras tanto …
Hay una que otra página que vale el esfuerzo de una lectura (esfuerzo raro es eso de leer), para poder sospechar la magnitud de la crisis de la biodiversidad: http://www.jornada.unam.mx/2010/04/05/eco-c.html
Ya veremos. Aquí lo que hay no es colapso, sino implosiones infinitas que tarde o temprano llegan a su límite mientras se reiteran, y entonces ya veremos. Y me pregunto … ¿qué pasa en Brasil con eso de la transformación de la Amazonia en una sabana? Carajo … ¿Acaso no es ese un gobierno “progresista? Ay bendito … ¿Más de lo mismo, el mismo perro con otro collar?
1. Véase este artículo como ejemplo, que sugiere mayores consecuencias que en estos momentos ni se pueden medir o anticipar, aparte de que ya se admite que la fuga es mucho mayor que lo estimado inicialmente: http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2010/05/14/AR2010051404526.html Por otra parte, gran parte del daño puede que ni se note en la superficie. Vean: http://www.nytimes.com/2010/05/16/us/16oil.html?hp ¿Estamos en peligro de que zonas sustanciales del Golfo de México se conviertan en zonas muertas? ¿Y cuáles consecuencias tendría eso para los otros mares y los océanos?
2. No saben lo que hacen, y eso en muchos y demasiados sentidos … http://www.nytimes.com/2010/05/17/us/17spill.html
http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=95372
Se puede vivir sin petróleo, pero no sin plantas
Por Stephen Leahy
UXBRIDGE, Canadá, 10 may (Tierramérica) – El último estudio sobre la diversidad biológica exhibe con claridad el patrón del sexto mayor evento de extinción del planeta: la transformación de la Amazonia en una sabana.
Negocios y políticas como las que condujeron al actual derrame de crudo en el Golfo de México están minando la arquitectura vital del planeta, según la Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 3, publicada este lunes.
El derrame de unos 5.000 barriles diarios de crudo, causado por la rotura el 20 de abril de una plataforma petrolera de la empresa British Petroleum (BP) en el Golfo de México, tendrá efectos devastadores en los ecosistemas marinos y costeros que durarán décadas, según expertos.
Este tipo de negocios y políticas, multiplicados miles de veces en los últimos 100 años, han puesto en peligro los pilares de la vida terrestre, según el informe Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 3 (GBO3 por sus siglas inglesas), que publica este lunes 10 la Organización de las Naciones Unidas.
Se trata del registro más reciente del estado de la diversidad de especies de flora y fauna, los organismos vivos que nos suministran salud, riqueza, alimentos, combustible y otros servicios esenciales.
En ese estudio “se distingue con claridad el perfil de lo que puede ser el sexto mayor evento de extinción de la vida en la Tierra”, afirmó el científico Thomas Lovejoy, jefe de biodiversidad del Heinz Center for Science, Economics and the Environment, con sede en Washington, y consejero jefe de la presidencia del Banco Mundial.
Las tendencias son casi todas negativas: declinaciones exponenciales y sombríos puntos de inflexión, dijo a Tierramérica el destacado estudioso de biología tropical que dirigió el comité de revisión y está encargado de presentarlo este lunes en Nairobi, en la apertura de la reunión científica del Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Uno de esos puntos de inflexión es el colapso irreversible de la selva amazónica, afirmó. Una reciente investigación reveló que la posible combinación de tres factores podría desatar una incontenible transformación de la Amazonia en una sabana.
Esos factores son el aumento de dos grados centígrados de la temperatura media global, una pérdida de entre tres y cuatro por ciento más de la cobertura selvática original y los incendios forestales.
Así se desataría una enorme pérdida de especies y abundantes emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, recalentando el clima. Los impactos en millones de habitantes de la región “serían asombrosos”, dijo Lovejoy.
“Debemos tomar el GBO3 como un gran llamado a despertar”, agregó.
Este es el Año Internacional de la Biodiversidad, pero las campanas de alarma llevan bastante tiempo sonando.
En 2002, 123 países miembros del Convenio se comprometieron a acciones urgentes para frenar el ritmo de pérdida de especies. Ocho años después, con los datos proporcionados por esas mismas naciones, el GBO3 registra que las promesas no se cumplieron.
Casi un cuarto de las especies vegetales conocidas están en riesgo de desaparecer, los corales y los anfibios declinan en forma marcada y la cantidad de ejemplares de todos los vertebrados cayó en un tercio en los últimos 30 años.
Interrogado acerca de por qué es importante la extinción de especies cuando contamos con todo tipo de tecnología, Lovejoy contestó: “Usted no se alimenta de Internet”. Tampoco se puede respirar sin las plantas que suministran oxígeno a la atmósfera.
Pero se puede vivir sin petróleo.
Sin embargo, la preocupación por los ecosistemas siempre está en segundo lugar cuando se decide explorar en busca de crudo, minerales o madera, apuntó Kierán Suckling, director ejecutivo del no gubernamental Centro para la Diversidad Biológica de Estados Unidos.
“Si los ecologistas consultados al final son lo bastante agresivos tal vez puedan conseguir que el proyecto se reduzca en cinco por ciento”, dijo Suckling a Tierramérica. “El poder reside siempre en aquellos que impulsan el desarrollo”, insistió.
La petrolera británica BP fue eximida de controles ambientales para operar en el Golfo de México, añadió. Y no había planes para lidiar con un derrame importante de crudo. “Era un desastre anunciado, pero la empresa y el gobierno hicieron de cuenta que no pasaría”.
Pese al enorme valor de los ecosistemas, es difícil calcularlo en términos monetarios, señaló Suckling. El Golfo de México es un enorme recurso alimentario estimado en 2.000 millones de dólares anuales solamente para el sureño estado estadounidense de Lousiana.
Pero eso ni siquiera se acerca al valor real de esa región. “¿Cómo poner precio a sus vastos humedales que existen desde hace cientos de miles de años?”.
“Durante millones de años, las tortugas marinas han desovado en las playas arenosas del golfo. ¿Quiénes somos para llegar y en apenas unas décadas condenarlas a la extinción?”, cuestionó.
Proteger la diversidad es un imperativo ético para Suckling. “Su pérdida es un empobrecimiento para los seres humanos, pues evolucionamos para interactuar con todas esas especies”, dijo.
Si se asignara valor económico a los ecosistemas, se podría lograr una más inteligente administración de riesgos, dijo Lovejoy.
En lugar de explotar crudo en el mar, la sociedad podría decidir elevar su eficiencia en consumo de combustible.
Por ejemplo, si los automóviles y camiones recorren 18 kilómetros por litro de gasolina ahorrarían millones de barriles de crudo por año y miles de millones de dólares en gastos de combustible, según un análisis de la no gubernamental Union of Concerned Scientists (Unión de Científicos Comprometidos).
“Hay que elevar la importancia de la biología en la agenda de preocupaciones humanas”, afirmó Lovejoy. La cuestión es “cómo lograrlo antes de que ocurran terribles desastres”.
“La infraestructura biológica del planeta peligra y es de nuestro mayor interés hacer algo para salvarla”, concluyó.
(FIN/2010)